miércoles, 30 de noviembre de 2011
[+/-] |
la rosca del viceversa |
En medio dese agasajo, la tía Silvina, díjome: "Eres como o porco de San Antón. Al que todo el mundo engorda para después comérselo".
Metáfora y sabiduría concerniente a la relación entre gobernados y gobernantes. El patrón del corralón alimenta al chancho para que éste pague rentas. Es una cuestión de calidad de vida que tiende a los extremismos del hambre y la miseria. Así sucedió quel cerdo se convirtió en patrón y el viceversa pareció ser obligación. Cuando o porco está acostumbrado a la buena remolacha y le dan mierda simple, hay transmutación. Aparecen los humanoides porcinos, hacendados y concejales políticos, el bostaje ligado en sarabanda.
Ilustración de "El Viñao". Edic. Ayosa. Bs. As. 2001.-
martes, 29 de noviembre de 2011
[+/-] |
tantarantantán |
Cuando era niño soñaba con un futuro donde iba a tener para mi solo un tonel de vino de por lo menos quinientos mil litros y esa sangre de Cristo -néctar divino- jamás se iba a acabar.
Cuando llegó la madurez, entre todos los alcoholes, el vino fue mítico, sangre de rosas, carrusel de gladiadores, tabaco celestial.
Después vino la clasificación por marcas. Que este si, que este otro no. Mucho después de haber ingerido aguardientes y cervezas en los países donde el vino no abundaba o no existía. Después de haber descubierto que el acohol medicinal mezclado con azúcar, muchísima agua de la canilla y quinientos limones, (Panamá), era lo más parecido a lo que soñé en la niñez.
Tanta lluvia
Tanto fantasma
Tanto ozono
Tan distinto
Tantarantantán.
Hubo un ectoplasma que un día -inconciente- tiré a la basura y que quiero recuperar.
Cuaderno de recortes No. 2 (fragmento de página). 1979.
lunes, 28 de noviembre de 2011
[+/-] |
Juan editaba. |
domingo, 27 de noviembre de 2011
[+/-] |
a los gordos se los lleva el viento |
Con una diferencia.
Soplaba una brisa desas que visten al día incipiente de fiesta astral y ese viento inigualable me remontó por la casa como un globo aerostático meneándome dentro de un hangar. Duró lo que duran los imposibles: un para siempre sin explosiones, un para siempre que desaparece no bien flota y rebota entre los ventanales.
Simplemente quedé sentado frente al "blog" y al "post", a plomo, pesando cien kilos más de la cuenta. Pensando en un flaco que se volvió gordo, un vecino de cuando llegué a estos parajes de Buenos Aires. Desde mis ojos adolescentes recuerdo a un galán morocho de ojos de fuego que se garchaba a las minas del barrio: pendejas, madres y abuelas. Era ganador y sobrador... Más o menos en una decada con un poco más (¿15 años?), el pintón se convirtió en un gordo descomunal y sus aires de superioridad se transformaron en un azoramiento desesperado. Le costaba mucho dar un paso detrás del otro. Habría llegado a los cincuenta años y estaba avergonzado de existir. Y un día lo ví, fabulosamente gordo y ruborizado, y el viento de la calle Neuquén lo remontó sobre la avenida Boyacá y lo llevó por encima de los cableados callejeros, hacia el río. Nunca más volví a verlo.
Foto del gordo que actuó con Marta y conmigo cuando pusimos Ssshagrada en el Estrellas. Pesaba más de doscientos kilos y volaba como un ángel.
sábado, 26 de noviembre de 2011
[+/-] |
el forro de la vida cotidiana |
Ayer lo visité y el hombre está entero pero aterido. Dijo que el primer día no le gustó el pabellón y que a los pocos días se le formó un bolo fecal que pareció querer terminar con su vida. Paolo me presentó al enfermero que le practicó el enema salvador. "Yo a este hombre le debo la vida... Le quiero regalar cien pesos... Doscientos pesos". "De ninguna manera" agradeció el saludable enfermero. "Dale más. Tirale mil mangos y hagan más enemas", aporté al grato instante.
Paolo ingresó en el pabellón para dementes con un cuadro de angustia aguda, depresión y un insomnio alucinante. Primero que nada le administraron un calmante para la líbido y como quería seguir leyendo libros, le permitieron tener dos o tres, todos prolijamente forrados con papel de lija de grano fino.
Paolo dice que en el pabellón hay de todo, pero lo que más abunda son los suicidas y que por eso el lugar se parece a una prisión, porque los internos cuando la ocasión pinta, tratan de ahorcarse o tirarse por las ventanas. Por eso los enrejados. "En realidad ´las suicidas´, porque son las mujeres las que más se quieren matar... Los hombres son más tranquilos... Todos son casos diferentes, pero hay un denominador común... La falta de afecto. El que nadie nos quiera nos junta acá". "O sea que tu internación es para largo. Tal vez por el resto de la vida". "Espero que no".
Por mi parte, me reconozco candidato al siquiátrico sobre todo por que leo libros sin forro, aunque me cuido leyendo poco. Casi nada. Eso si, cuando aparezca La Lectura, la voy a leer sin forro, pase lo que pase.
Paolo y yo en tiempos de la secundaria.
jueves, 24 de noviembre de 2011
[+/-] |
timón corporal |
La cuestión que cuando leí la frase de Sebreli en su libro sobre Mar del Plata, fue como cuando leí a Arlt, fue como que lo hubiera dicho yo. O sea, Sebreli no me incitó a asumir esa forma de vida, yo ya la venía practicando y Sebreli hizo la nomenclatura del hecho. Lo literario es imprescindiblemente social. Merced a lo dicho en el escrito, el escritor y el que lee se amalgaman en algo nuevo, diferente a lo que eran antes de esa lectura.
Lo que más hice en mi vida fue rascarme las pelotas con la mente en babia. Actividad que al ser practicada intensamente, resultó más costosa que andar viajando y conociendo lugares no literarios. Tuve que trabajar mucho para mantener ese babeo maravilloso.
La vacación es trabajo (ejercicio) grato. Éste es un concepto diplomático, superfluo, del encarar la vida (cualquier vida) rica en sobresaltos y penurias.
Logo de la aseguradora multinacional que certificaba que los cruceros de placer de aquel entonces, eran realmente cruceros de placer.
miércoles, 23 de noviembre de 2011
[+/-] |
desaparición del post |
Estaba volcando palabreríos en este lugar aparentemente indigno. Revolviendo una brutalidad interna que a veces lleva a la luz o a la percepción de una luz... Luz que provoca que el que está escribiendo, que el que está atrapado bajo una montaña negra, ante esa mínima chispita, ante ese descubrimiento, corra a él y alcance la claridad. Salir del interior de la montaña y alcanzar la luz del día, la iluminación del paisaje bajo el sol y la luna.
Estoy comparando el recorrido por un túnel tallado en una montaña de las cercanías de Machu Pichu, con el acto de escribir por internet. Una vez dentro de aquel túnel, se quería salir de él pues uno se encontraba dentro de una tumba iniciática. Tanto en el blog como en aquel túnel, hay una entrada y una salida. La situación siquiera es comparable. El túnel es para una vez en la vida (tal vez dos) y el blog da para miles de multiplicaciones. La percepción de la luz pareciera ser la misma, pues es trascendental y cotidiana.
Ayer estaba componiendo aquí un discurso sobre los unos y los otros, considerando como la demencia sumerge a mis amigos en instituciones siquiátricas. Estaba llegando a una aclaración de significados. Estaba por conocer una palabra desconocida y cuando apreté la tecla que iba a escribir esa palabra, el texto íntegro desapareció de la pantalla y no encontré forma de recuperarlo.
El efecto no fue de luz, fue de oscuridad absoluta, como cuando me encontré en medio de aquel túnel en la piedra dentro de la oscuridad más neta que se pueda concebir.
Acepto lo que sea y escribo este homenaje al texto perdido.
Cuaderno de recortes No. 2. 1979.
domingo, 20 de noviembre de 2011
[+/-] |
Final de una novela famosa. |
- ¿Qué no amerita qué? ¿el quenque?
- No amerita la sinrazón de la birolasa. No vale la pena compendiar comparaciones para llegar a un porqué que ni siquiera es porqué... ¿Entiendes pomerillo? Es de un malgusto trágico resucitar costras mal cerradas. Eso de lavar momias que hace siglos están en apacible salmuera para que que te inunden de un sabor imborrable para siempre. Eso no... ¿Comprendes Salmuerillo?
- Mira... Tengo que pagar las facturas del gas y la luz, y no tengo un peso... Te voy a llenar la panza de plomazos porque gracias a dios, balas me sobran... ¿Vale?
- Vale.
Cuaderno de recortes No. 2. 1979.
sábado, 19 de noviembre de 2011
[+/-] |
sistema de duchas |
Así entre los porotos y porotitos cunde el desprecio mutuo y se remojan en cualquier maravillosa catarata por más mínima que sea (caso del emperador de Viña del Mar), creyendo en sí mismos, dándose a conocer al mundo, incidiendo en su amor propio.
Lámina 2 del Manual del sistema métrico decimal. Montevideo. 1864.
viernes, 18 de noviembre de 2011
[+/-] |
necesidad imperial |
La gente mayor es la más asombrada ante el cauce de las cosas, pues pese a que estén por morir mantienen el culo lleno de ilusiones.
Es que durante la muy humana dimensión vital, la maldad, la confusión, la traición... son los condimentos dese vivir, de la alegría de vivir y dejar ser a los demás lo que quieren ser.
Así pensaba aquel lejano emperador de Viña del Mar (Chile 1968) que tenía su trono debajo del caño donde desembocaban las aguas servidas de la ciudad balnearia.
FOTO: Clarín. 18 nov. 2011. Pág. 30.
miércoles, 16 de noviembre de 2011
[+/-] |
un aspecto de la puñeta |
Un cordobés encuentra a un amigo sentado en una vereda de la ciudad, a la luz del día, haciéndose la paja. El hombre se asombra, se escandaliza y le pregunta al amigo: "¡Pero! ¿Qué estás haciendo? ¿La paja?". Entonces el amigo disminuyendo apenas su mecánica, le contesta: "No, boludo. Me estoy inflando las pelotas".
Es notable como en las personalidades del espectáculo, la política y los negocios, los hombres suelen engordar hasta explotar, hombres mayores que disfrutando de la posibilidad económica, eligen la masturbación con todos sus artilugios tecnológicos, y la practican hasta superar los 200 kilos y reventar.
Compadrito. Escultura. 1979.
martes, 15 de noviembre de 2011
[+/-] |
la demasía |
También la aventura cansa. La cotidianidad de lo extraordinario si bien fascina en sus primeros resultados, termina pudriendo en su monotonía.
Será que uno no sabe ocupar las circunstancias de la vida. Será que siempre se depende del entorno. O no.
Cuando el divertimento no es fingido hay perversión, glorificación de las artes y los avatares que nunca resultan como se desea.
Miseria y riqueza son símbolos intercambiables entre infantes que juegan a la bolita.
La concha de la lora es un símbolo no intercambiable que confluye en el estallido de la guerra humana. Mandar a la reputamadre que lo parió al circunstante más cercano, es cortesía.
Curiosamente sobre el pucho, no bien terminé el tranvía, vendí por Mercado Libre tres libros sobre tranvías, que había subido.
Motorman del tranvía 2011.
lunes, 14 de noviembre de 2011
[+/-] |
bastón o palanca de cambio |
Mañana es martes y voy a dedicar el día entero a descubrir que bastón o palanca de cambio voy a poner en la mano del motorman que por ahora es un puño que aferra vacío.
El miércoles pondré al tranvía en viaje, desde la calle Neuquén hasta Retiro.
Tranvía 2011
[+/-] |
tranvías |
No es lo mismo. Antes era otra cosa. No había los problemas sindicales que hay ahora. Querés hacer un tranvía verde y te comés cualquier cantidad de juicios laborales. Encima, cada vez los quieren más pequeños, que entren en un ropero, que no sean más grandes que un zapato y que se puedan calzar, y le tenés que hacer una mecánica que aguante, que por lo menos dure cuatro siglos.
En tiempos de Alvear era otra cosa...
La Novela Semanal. Bs. As. 30 de junio de 1924. No. 346. Tapa de Arístides Rechain.
domingo, 13 de noviembre de 2011
sábado, 12 de noviembre de 2011
[+/-] |
exuberancia de la vida breve |
La dualidad simétrica enfrenta dos posibilidades, innumerables o numerables. Importa lo directo. Ante la opción de ganar o no ganar, perder supera esa miserabilidad. Como hay más, muchísimo más, se acepta lo que hay o no se lo acepta.
Compendio de medicina operatoria. Paris. 1848.
viernes, 11 de noviembre de 2011
[+/-] |
terapia fácil |
El doctor venía simplemente enamorado de un fantasma, pero anoche apareció imbuido de un mandato fatal sobre la humanidad que le encomendó el mismísimo Juan de Garay, un ser de 400 años. "Así son las cosas y mi deseo es que no fueran así. Pero lo son". El diálogo afianzó su postura dislocada, afirmándola con apuntalamientos históricos y actuales. Cuando habló de su novía (un ectoplasma que él corporiza con su deseo), me dijo que había serios problemas, que un traumatólogo la estaba dejando paralítica merced a la aplicación de magnetismo y masaje y que ella aún no lo sabía y que él no se animaba a decírselo. Reivindicó sus antecedentes de educación militar y se fue por la calle Neuquén rumbo al Once. Antes de que partiera le hablé del manicomio como algo cercano. Prendió un cigarrillo, dijo que él era, no recuerdo si dijo "peor" o "mejor" que Ánibal Lecter. "Así que ahora sos canibal, hijoeputa", fueron mis palabras de despedida. Lo ví perderse por las sombras de la calle solitaria y conociéndolo, calculé su regreso para pedirme monedas para una cerveza. Efectivamente a la media hora lo vi volver. Me escondí trás un árbol, lo dejé pasar y a sus espaldas, cambiando la voz le dije: "¡Garay! Vení para acá -su nuca pelada se erizó- Vení Garay". Dobló en la esquina y se paró en un poste de colectivos. Recién cuando le dí un grito, volvió a mirarme y al ver que era yo, su rostro se iluminó de alegría. El cagazo lo había atolondrado y lo dejó sin rastros del brote reciente. Bueno... sin rastros evidentes. Al pensar que lo iban a asaltar quiso tomar un colectivo que lo llevara a "cualquier lugar".
Entonces, luego de una charla no delirante, retomó su camino hacia el Once, como si se hubiera curado.
Placa conmemorativa en el Templo Parroquial de Villalba de Losa.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
[+/-] |
lo mio es tuyo |
Hubo un matrimonio que fue mi vecindad histórica. El hombre era sastre y confeccionó el traje que mi padre usó para la boda de mi hermano. La hija del matrimonio se casó y tuvo una hija (nieta de los propietarios originales). El matrimonio era muy celoso de su propiedad y pasaban los años haciendo mantenimiento y reformas al edificio. La casa era un continuo ornamento lustrado y adorado. La Muerte fue la escribanía. Primero murió la hija, luego el sastre. Quedó la mujer y su nieta. La nieta se casó con un marido de tamaño grande. La vieja dueña de casa fue envejeciendo, enfermando, deteriorándose. Todos los cumpleaños de Lola, se acercaba para hacerle un regalo a la nena. Mientras tanto el marido de la nieta tomó el timón de la propiedad. El otro día pasó por esa casa, la Muerte, y disimuladamente se llevó a la vieja vecina en una ambulancia sorda.
El marido de la nieta se afianzó en el timón y a Lola no le van a hacer más regalos.
Uviedo en Ciudad de Méjico en los setentas, en los bosques de Chapultepec, montó un espectáculo teatral titulado "Tu propiedad privada no es la mía" con textos de Marx y Engels.
Mi padre (el de la izquierda) en algún lugar de Punxin, poco antes de venir a América.
martes, 8 de noviembre de 2011
[+/-] |
belleza y no belleza de las formas |
La imagen... ¿Cualquier imagen? ¿o una imagen única, sorpresiva?... La imagen es demasiado, es insoportable.
Mientras no es visible hay situación de limbo pues la forma está en el alma, se parece a la nada y el hombre puede asumir una cotidianidad que lo lleve apaciblemente a su muerte, Más nunca es así. Lispector lo cuenta sabiamente. La escondida metamorfosis surge repentinamente, incluso merced a un método, a un estudio para que esa manifestación se produzca y sea entre los seres que conviven. Es el arte asestado por la espalda, la puñalada transmitida con el candor de la inocencia más simple.
Así, hubo artistas que fueron punibles de ejecución sumaria por no soportar recuerdos.
lunes, 7 de noviembre de 2011
[+/-] |
mail a Borle |
El evento (tu muestra Rafaela) se refleja como discurso de percepciones. Las reacciones del público van de lo fantasmagórico a la Gran Esperanza. Podrías entonces fotografiar fósforos quemados ahumados -suerte mediante- arrojarlos tipo dados o palillos chinos. Una forma de involucrarte en el tema, es objetivarlos una... dos veces... y a la tercera: desechar y regurgitar... La maniobra da para lentillas, macroacercamientos personalistas. Empezar a descubrir continentes vírgenes que como decía Eluard, "están delante tuyo". Los ojos de tu público iluminan tu escena.
Algo así...
La muestra de Maguncia se levantó y está guardada allí para la reinauguración de fines de noviembre que por un mail de ayer, no va a ser a fines de noviembre... ¿principios de diciembre? ¿marzo? Hoy a la tarde lo sabremos y difundiremos la noticia sin decir ni mostrar símbolos, gastando dinerales en avisos, solicitadas, cartas a las redacciones, etc.
Jamás sabremos como será el día de mañana, por eso la fe.
El teatro primará sobre los salamines y vinos. Como dijera un navegante, contrabandista de armas, que fuera hundido en aguas caribeñas a fines del siglo pasado: "En la vida todo tiene solución". Dicho que es cierto.
Al habla:
Yoel
Detalle del público asistente a la inaugurarión de la muestra en Rafaela, Santa Fe. Fotografía de Borle.
domingo, 6 de noviembre de 2011
[+/-] |
importancia de la recaudación impositiva |
Se puede pedir comida a domicilio, generalmente pizza. Entonces hay que esperar que llegue el repartidor, bajar a abrirle, pagarle, subir nuevamente con la materia caliente entre manos...
Todo para cumplir con un instante de masticación con dientes reales o artificiales.
Como si fuera una obligación...
El otro día un muchacho robó de un supermercado, una caja con doce huevos. El dueño del supermercado corrió al ladrón y lo mató de un balazo.
Van Helsing. Bajorelieve. 1992.-
jueves, 3 de noviembre de 2011
[+/-] |
la última cena |
Había una fiesta que sucedía en una arquitectura memorable aunque imprecisa. Asi como los participantes y el suceso en sí.
El festejo trataba de una explosión de olvidos que respondían a un chispazo de existencia. Cuando sobrevino la gran cena que en un principio iba a ser costeada cooperativamente por los comensales pero que al suceder su instalación, la auspició un Crápula, reunía un número notable de convocados que no conversaban y que esperaban materias bebibles y comestibles, materias demasiado inciertas, pues nunca llegaron.
Eran mesas largas (tres o cuatro) dispuestas paralelamente a lo largo de un espacio al aire libre.
Tal vez en alguna versión de esa cena -siempre última- hubo comida (más no sea pan y agua). En la que me tocó participar a mi: nada de eso. Solamente los circunspectos participantes que venían de diferentes lugares del mundo: unos más lejanos que otros, con la particularidad de que todos nos habíamos visto de alguna forma: personalmente o a través de los medios de difusión. Nadie habló con nadie y yo que pensaba decir algo pues era el protagonista del cenáculo, no dije ni una palabra.
La cuestión que luego del olvido de los pormenores, había caños rotos y los encargados del edificio me convocaron para decidir si los arreglábamos o los dinamitábamos. Estábamos discutiendo las posibilidades en un ambiente con ventanales descomunales, cuando apareció el indigente Santiago Apostol que era uno de los habitantes fijos del lugar. Cuando me vió se sorprendió y empezó a maldecir sacudiendo los puños a lo alto. ¿Qué estaba haciendo yo allí?... Me fui.
martes, 1 de noviembre de 2011
[+/-] |
Vicisitud del culo del doctor. |
Fósforos usados, envasados el atardecer del domingo 6 de noviembre de 2011.-