LA MANO QUE APRIETA

martes, 1 de noviembre de 2011

Vicisitud del culo del doctor.

El dr. Gregorio anda por la ciudad con plumerillos al hombro. Se hace el boludo, dice que los plumerillos son para su amada Marisol y la cuestión es que mientras tanto pasea y hace visitaciones como "Gregorio emplumado". En la última telefónica que tuvimos me habló de su próxima boda en una sinagoga con Marisol. Le pregunté si seguía paseando con los plumeritos al viento y cuando me contestó que si, le comenté: "Alguien te va a romper el culo". Entonces se puso arisco: "Jamás me han metido nada por el culo. ¡Jamás!". "Hijo de una gran puta -lo reté- andás con ese culo inmundo usándolo para cagar mierda y explotar los pedos más pestilentes y venís con esas truculencias. ¿Quién carajo va a querer meterte nada en esa cloaca asquerosa que paseas impunemente,  por más plumerillos que andés sacudiendo?". Las carcajadas  y estridentes alaridos del doctor, me ensordecieron como sucede habitualmente cuando ríe por teléfono. Pude verlo llorar a través de la comunicación inalámbrica.

Fósforos usados, envasados el atardecer del domingo 6 de noviembre de 2011.-

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