no rompás las pelotas II

El uso del verbo arma y desarma.
Mientras se puede, no es necesario verbalizar obsecadamente. La expresión gutural, el sonido que quiere ser, es suficiente aunque no parezca serlo, pues este mundo y los demás, no son lo que aparentan ser.
Decir, contar, verborrajear en silencio.

Foto: Y.N.

feminismo populista

La edición entre fines de los cincuentas. y principios de los sesentas -19 x 13,5 cms.- se titula: "Esto Sucedió... una vez". No hay referencia editorial ni de autoría de las monografías. Las tres primeras que encabezan el título como "antología" son: "Yo fuí pecadora" que cuenta de Ilse Koch, torturadora sexópata, de los campos de concentración nazis. "Una mujer contra la Legión Extranjera": Isabel Eberhardt que durante el día hacía vida de hombre entre los árabes. "La loba es mujer": Anna Neumann que por el 1500 en Los Alpes, ganó fama de licántropa) , se complementan con tres más (una de cowboy, otra del hombre que hizo saltar la banca de Montecarlo y un falsificador de moneda) Todo esto, a simple vista (al tacto), muestra un libro incompleto, con faltantes de páginas. Pero no es así. Como preconcibiendo la Rayuela de Cortázar, en un pie de página, el editor aclara como hay que leer las páginas mal encuadernadas. O sea que el libro está en buen estado, íntegro y aparte de ser un modelo para armar, es un testimonio material de una época de Argentina, donde se imprimía y publicaba de todo.
  Retirar parque Rivadavia (Caballito)

onomatopeya frita

El aprendizaje no tiene límites en un entorno limitado. Por eso la sangre fría es la única posibilidad ante todo juego dialéctico o situación repentina.
Hay cuchillos afilados
Grasa chirriando
Tubérculos hirviendo
Hasta siempre hasta nunca hasta el mango.

Foto Calomeni.

"mañana hablamos"

Soñé con lo que estaba sucediendo en el momento de soñar. Soñé con un amigo de la adolescencia que se había caracterizado como sí mismo, con traje bordó y cabello oscuro. Si bien la situación era compartida entre él y yo, lo veía de perfil dirigiéndose hacia un lado y luego hacia otro (¿norte-sur?). A lo lejos de cada lado el destino era cercano e imprevisto. Mi amigo me decía lo que le parecía más práctico para concretar lo que estaba haciendo, o, lo que estábamos haciendo en la calle Moreno al 2300 a las 4 de la madrugada.
A la salida del sueño, una fiesta de miles de hormigas voladoras cubría el pasillo que da a la calle.

Foto Calomeni.

medias y canzoncillos

Lavaría la ropa a mano y saldría a comprar el diario a caballo
Lavo la ropa a caballo y voy a comprar el diario caminando sobre mis manos
El horario es una fiesta y el cerebro torna del queso por salut a la mermelada de arándano
En el camino
en la brisa:
miles de autógrafos entre hormigas preciosas
y cada autógrafo es una condena una consagración humana
Bendición de la noche anterior ofreciendo asaduras a dioses entre nosotros.

creatividad en feriado.

La creatividad como mecanismo de defensa personal, es perniciosa para los que rodean al creativo.
Se escucha:
- Y... ¿en que anda fulano?
- Ahí anda... Es un creativo.
- No te digo ¡flor de hijo de puta!

Así la creatividad provoca linchamientos que fácilmente terminan en canibalismos, cuando la reacción popular coincide con alguna efeméride.

Foto Calomeni.

truena y llueve en el cielo y en el alma

La entrega total es para construir no una anécdota, cuatro o cinco y todas acentuadas en la e. En la mayoría de los temas siempre hubo una e, incluso en idiomas donde las vocales no se decían. Los lenguajes antiguos tenían un asombro natural, lateral, y las vocales eran patrimonio de las bestias que servían de cobijo y alimento y que de a poco se fueron incorporando al hombre.
Ante tanto barro y sangre, tanta mierda y sangre, la anécdota es algo más que un sueño lleno de emoción, algo más que Adán y Eva al rolete.
Cuando se dice de alguien "es anecdótico" se prestigia al académico de referencia. Se le está dando un título al que las organizaciónes municipales responden administrando una mensualidad razonable que a veces es honorable.

Paisaje campestre. óleo. 1980.-

Godino leyó folletones larguísimos

La cuestión de la durabilidad, la continuidad, ideidad, se dificulta en cuanto su longitud.
Richard Matheson, sin  haber visto la película argentina "Todo el año es Navidad", se convirtió en leyenda para pasar las noches encerrado en su casita escuchando música clásica, mientras un batallón de vampiros roía y arañaba el exterior de su vivienda blanca y negra. Eso durante las noches dedicando los días en prepararse para las intensas noctambulías. Vincent Price a cargo en el celuloide.
El discurso (la susodicha durabilidad) fue magnífico, pues dió para disertar sobre los virus, los amaneceres, la nostalgia, hasta conseguir un final.
Después aunque de antes, fue Don Quijote, más extenso.

Foto Calomeni.

duración de las novelas

La constante no es muy divertida que digamos, aunque sea entretenida. Entretenida a trompicones (ascensos y descensos por escaleras inexistentes, parecidas a las escaleras de incendio de las películas norteamericanas). Lo cotidiano zafa su control (sea el protagonista honesto o no). Zafa y retorna a su entorno habitual: Por la mañana los diarios vuelan por encima de los colectivos, dilucidando argumentos. Las heces de la primera excreción, cobran vida y se sumergen y emergen en las aguas del inodoro... Se trata de maravillas comunes que sociólogos y científicos explican en textos largos (con conexiones).

Géminis. Foto Calomeni.

Gracias, doña.

Homenaje o latrocinio, arrebato que le dicen. El otro día me caí, pisé mal y embalé de cabeza al asfalto entre los colectivos que circulaban por José María Moreno cruzando Rivadavia. Me caía. Una de las dos alpargatas me había fallado. Lo lógico era un tobillo dislocado y con suerte: un aplaste automotor. En medio de la caida con el corazón pateando las tripas, manoteé lo que fuera... Y quiso la suerte que pasara una señora obesa a la que pude cazar por el cogote y sostenerme. La señora tenía la consistencia de un trapecio monumental: me contuvo y no cai.
El cagazo de la doña... No atendió razones. Huyó de mí, espantada, sin escuchar el "gracias" que le dediqué.

tango fiero sobre la cara

 

foto: Fernando De Gregorio. 1999.-

literatura alcohólica

Generalmente consiste de dos pasos.
En primer lugar se sirve el vino en un vaso de vidrio irrompible y se lo apoya sobre un libro de ficción (tapa dura o blanda) (foto 1).
Se procede a la ingesta (foto 2).
El caudal de vino es relativo. Aumenta de acuerdo a la incorporación literaria.

Fotos: Fernando De Gregorio. 1999.

San Vito

En la parte trasera de los asientos de los colectivos, se ven restos sediciosos y mensajes anónimos. Escaneos en tres dimensiones pegoteados con salivazos. Tigres escondidos. A veces hay teléfonos promoviendo afiliaciones. Una cosa es al ras de la ventanilla y otra debajo, entre destornilladores y botones sucesivos.

Pasajero del tranvía (detalle). Foto Calomi.

No es demora ni zanahoria.

 La renuncia arranca del vamos pues a todas las intentonas les faltó el dar la vida por ellas y cuando se logró algo, más no sea un resplandor ilusorio, su luz se debió a que no importaba morir por la acción. Más aún: la muerte era la luz.
En mi caso todo quedo como fenómeno teatral que atrajo un público relativo que dió para comer y andar. Luego la duración fue una traición. Como hace poco Horacio Guaraní le dijo a un locutor de TV que comentó que estaría bueno vivir 15.000 años: "Para qué querés vivir 15.000 años, si tenés 40 y no servís para nada".

Portada de Santana Abraxas.