practicola

Me dijeron que tengo que ir a la iglesia a confesar mi pecado a un cura pues dije palabras que no debí decir.
Yo practicola confesión con el blog, las madres, los comisarios, los alpinistas, los curas... Y muchas veces me absolvieron con la condición de que no vuelva con más confesiones. Que por favor no suba más a la montaña porque las montañas no son tantas.
Si dije algo maligno al dope, bendigo la maldición y el milagro es. Como decía y hacía el maestro Calle que se sabía bueno.

"Guarida" del joven Mussolini.

droga para siempre

La trampa agarra los dedos de la mano por los nudillos y los destroza. La trampa funciona cuando uno es el intruso de sí mismo, usuario desconocido ventilando contabilidades antiguas, sin dueño aparentemente pues los misiles nostalgia son del que los manotea primero , altillos repletos de recuerdos ajenos que nunca quisieron ser propios por una manía superheroica, primordial y obsesiva.

Encontrando guita en Londres (libras esterlinas) momentos antes de empezar la segunda guerra mundial.

santidad de todos los lugares

El sábado y el domingo se fructiverborrea ser y estar. Son días buenos para la magia y ascenso o descenso a lugares desconocidos, para escribir un concierto para clarinete y pan rallado. Para ver atrás de la mampara. Bailar se baila todos los días y para gastar el dinero de los demás, primero hay que encontrarlo. En cambio durante los sábados y los domingos hay misas donde los convocados usan asientos giratorios o simples palenques de ensartar. Montón de configuraciones teatrales que convocan multitudes que oblan sus efes y cantimpalos, para ser parte de la mondonga sabatina y dominguera. Equivocadamente, pues los jardines del monasterio es mejor visitarlos cuando no hay nadie; aunque para entrar en ellos, haya que hacerlo subrepticiamente y por la fuerza.

Ilustración: The New York Times International Weekly. 27-10-2012.

fábula del almacenero y el gomero

El gomero, el que arregla las gomas de los autos, es picaflor, muy amable con las mujeres. Así, cuando se cruzó con la mujer del almacenero, la alabó y ella rió bajo el sol.
Más tarde el gomero fue a comprar una Coca Cola al local del almacenero. Hubo una discusión por cincuenta centavos. Furioso, el almacenero le pegó con un  palo en la cabeza al gomero, hechándolo de su propiedad.
El gomero se fue palpando su lastimada cabeza, y después volvió. Volvió y cagó a trompadas al almacero: destrozándolo, dejándolo de hospital.

Moraleja: Cuando el almacenero recibió las trompadas en la jeta, se meó y cagó encima.

cocorococó

Cuando sucedieron los primeros pucheros, los infantiles, los que se armaban durante las teorizaciones en la terraza de la calle Chile, mi madre degollaba a la gallina, la desplumaba, y sometía al cuerpo a la acción de un hervor en una cacerola que se repetía. Luego, con una espátula de madera revolvía esa situación mezclada con papas, zanahorias, cebollas, mientras yo colaboraba descerrajando maldiciones contra los poderes normativos que percibía en los conductores de mi escuela primaria (el director era calvo y bufarrón). Terminada la acción, con el animal desmenuzado en medio del brebaje, había que sentarse a la mesa y ensañarse con la parte que le tocara a cada uno de los concertados a la ingestión. A mi me gustaba entreverarme con el cogote.
Después, los pucheros continuaron en la vida. Cada tanto, mientras los afectos se transformaban, sucedía un puchero nuevo y los fantasmas de las viejas y nuevas gallinas asesinadas, cocorotearon en mis sueños, en el gallinero de mi alma, el que alguna vez estuvo en el fondo de la terraza de siete pisos, y donde las gallinas se suicidaban arrojándose al vacío, borrachas de cielo.

Ilustración de Herbert Leupin.

relámpagos a lo lejos

Hubo lluvias en San Francisco, en San José de Costa Rica, en Buenos Aires... Lluvias en las que el amor estaba en miradas llenas de lluvia para siempre. No se cuales fueron esas lluvias y si llovieron en los lugares que digo ni cuales eran las miradas enamoradas. Ser, fueron de verdad porque los caminos convergen antes de desaparecer.
Cuando llueve, sea la lluvia mansa o arrabalera, mis creencias se desbocan.

Foto: Opacak. 30s.

hacia una iconografía del que debe morir

Una de las normativas del machismo humano es: "No es hombre aquel que no ha matado a otro hombre". Excediendo el salpicón genérico, matar sería una afirmación del ser. Se entiende, matar inteligentemente, fuera del rencor y la verguenza, aunque mucho bla-bla-blá. Hay cantidades de cerdo humano para sacrificar, mucho filántropo, aunque se meta la pata hasta la ortopedia.
Hay que tener cuidado, pues matar es una cuestión técnica y la facilidad debe ser ajena. La creación sucede una vez cometido el paro cardíaco.

indulgencia

Si tuviera un 10 % de lo que gasté en indulgencias, sería millonario. Pero no me quejo, soy un jubilado "ordo poenitentium" que lee apaciblemente el periódico dominical, mientras en los edificios cercanos silban balazos y chirrian frenos manuales que no pueden evitar que los vidrios de las ventanas se desprendan locamente.
Las indulgencias me han permitido llegar a ser un tergiverso conforme, pues el carozo de la indulgencia es su temporalidad. Los crímenes y traiciones íntimas no se borran así nomás ante un depósito certificado por escribano. Suaviza la situación con mucho aporte sicoterapéutico, pero hay que reactivar los pagos que funcionan de acuerdo a la capacidad financiera de cada uno. Inevitablemente deben ser al mango, para tener efecto. A veces para que la indulgencia funcione, luego del transpaso de capitales, es necesario vaciar una ametralladora en la cara del pecador. Que nunca fue mi caso.

The Saturday Evening Post. September 29. 1951.-

pedo spadol

El pasado tiene forma de galletita de agua. La Criollita es una aceptación religiosa de un pasado aunque muerto, remozado. Algo que alejándose de la ingesta existencial, gastronomía filosófica, le pudre la estadía al que revisiona por ejemplo las invasiones inglesas manducando cóndor al spiedo pues la putrefacción se consolidó antes de convertirse en flor fue aerosol. Las industrias nacionales e internacionales mueren antes de despertar aunque consoliden la merda para que sea captada por los cinco sentidos humanos tan paridos al libre albedrío, tan capaces de rajar puteadas orales que rompen al mundo en pedazos mientras martillos neumáticos conectan propiedades horizontales a través de sus cielorasos. El estudiante cuando comprende, putea.

Spadol es la marca comercial de un desinfectante. Hay diferencia entre cuesco spadol (desinfectante) y cuesco español, cuando la máquina no acepta spadol y en su lugar pone español. 

CUADERNO No. 2 (fragmento de página).

mundo 8

la situación se ha optimizado pese a la difusión )aceptación y esfumado( de subvenciones. Como que bastó con los enviones dado el aumento habitacional mundano. Cada siete minutos un mamífero nuevo reemplaza al olvidado. La heroica química diseña el futuro inmediato que hay que prestarle atención porque se convierte en pasado, espontáneamente.
Es difícil ilustrarse y más difícil ilustrar al esoterista y naturista que descubre que no es ni esoterista ni naturista, es un mesías que en base a las emplomaduras que cubren sus caries, estas le funcionan como radios galenas y recibe mensajes en onda corta, frecuencia modulada, etc., que lo compulsan a mejorar o empeorar hacia la tarde noche.

los pasajeros del tranvía

El tranvía grande, el que viniera de O Viñao a Bos Aires, ha sido serruchado al medio. Decir: "Han quedado dos mitades en medio del licor café, en medio del océano" Es un pirulí, una gárgara andrógina portuaria, una gárgola europea que resucita. O sea, el tranvía no solo fue serruchado, fue escoñado, sus pasajeros corridos a cadenazos y el asunto quiere quedar disimulado en dos bajorelieves sobre tablas. Es joda.
Serruchando el antiguo tranvía averigüé demasiado, vi sus intríngulis y supe lo que no quería saber. El conocimiento es un plomazo. Digamos que por delante hay una banda de pasajeros del tranvía que se iluminan discutiendo sobre las diferencias entre la b larga y la v corta. Bagayo de laburo.

Agenda53. Fragmento.

muslo lastimado

El llamado a la atención sucede en cualquier momento de la vida. Es un tábano que impacta contra un muslo, una espalda. También puede ser un balazo. En general se trata de lineamientos que suceden a ras de tierra, o un poco más arriba.
Una creencia antigua aconseja trasladarse reptando, lo más adherido al suelo, para evitar esos impactos que realmente pueden aniquilar una vida (hay tábanos adaptados a la ecología que son más duros que el acero y cuando impactan en un cuerpo, lo atraviesan como si se tratara de manteca). Se evitan estos apercibimientos, pero la vida reptal predispone a ser aplastado por vehículos de tracción motora.

 Pantalla de abanico de cartón. 30´s. 

as meigas las magas

• Son las brujas o mujeres mágicas que desde viejos tiempos anduvieron (y andan) por el Viñao... Las chupadoras -chuchonas- chupaban sangre humana y practicaban la liposucción de inocentes para usar la grasa en la confección de jabones aromáticos. Las callejeras -asumcordas-, tomaban nota de quienes entraban y salían de las casas y pasaban el dato a la policía. La niña de la bolsa -marimanta- embolsaba rapaces y los hacía desaparecer como espectáculo público. La hechicera -feiticeira- vivía cerca de las aguas termales y ríos caudalosos. Era viejita pero muy linda y con una voz dulcísima atraía a los hombres para que se metieran en las aguas y se ahogaran. La lavandera -lavandeira- invitaba al caminante a que la ayudara a escurrir la ropa que estaba lavando. Si el invitado escurría (sentido del torniquete manual) al revés de la bruja, cagaba fuego. La licántropa -lobismuller- (mujer loba), durante el akelarre se alimentaba con huevos de perdiz cocinados al baño maría. Asocial, muy buscada por la Inquisición. La adivina -vedoira- era esbelta y agradable. Le contaba a los mortales los pensamientos de los muertos. La culovolátil -voladoira- volaba y hacía poses picarescas en las alturas. La cartonera -cartuxeira- recogía cartones impresos de la basura y leyéndolos acertaba sus designios. La agorera -agoreira- envejecía a los cinco años y después vivía muchísmo. La señorona -dama de castro- esta maga se asentaba en jardines artificiales (flores de plástico) y regalaba pesetas a los caminantes. Siempre vestía elegante y lucía un peinado altísimo que asustaba.

Métodos para protegerse de las meigas

1) Colocar una escoba del revés en la entrada del culo de la meiga.
2) Comer ajo a regacincha
3) Tener en casa tierra de cementerio y cenizas de muerto.
4) Hacerse de armas de fuego.
5) Tradicionalmente se cree que dando vueltas carnero y estrellándose contra las paredes, diciendo "Eu non creo en ti, meiga de merda. ¡Mete a lingua no cu!", se espanta a las meigas.

Alegoría del mes de Julio. L´Image. 1847.-

testículo picado.

Recién se fue la humedad y quedó un frescor dentro de los pasillos cubiertos. Al aflojarse las hinchazones húmedas, los recuerdos se evacuaron libremente.
Sin embargo, el profético ambiente es inhóspito.

George Belcher. The Mourner.

O no.

El rayo entre los zapallos, los Mercedes Benz, las polillas
El rayo de los ególatras
Cuestión de ancas ijares y haches
Allá, los incas en mi comienzo de conocer américas
Qué alivio encontrar a Caicedo en Cali
como si el paseo fuera dentro de un  jardín de Walt Disney
Paseo Sausalito sin llegar a California, mirando cine dentro de edificaciones grandes y oscuras
Lo que no sucede de viejo sucede de niño.

Calado sobre cartón apolillado.

el jugo y la sazón

¿Qué decía el padre Rivadeneira sobre el gusto de ingerir carnes sazonadas y jugosas? Él, que tanto se ocupó de rebatir a Maquiavelo. Desde mucho antes de él, cuando la referencia era el canibalismo, se hablaba dello dibujando una letra cursiva que se recostaba sobre los renglones.
Cuando la ingestión es entre razas animales diferentes, no hay remilgos, como contaba el negro Jorge del Rivadavia: "Yo meta darle alimento a los perros y los perros: nada. Pasaron dos semanas así. ¿Qué pasa? Fui a revolver un poco en el fondo y ¿qué había pasado? Los perros habían cazado a dos chorros y se los estaban morfando. Todavía quedaba algo. Me dió la impresión que fueron pibes jóvenes. Encontré pedazos de zapatillas de marca".

Vincent Van Gogh. Portrait of the artist.-

mañana hay feria en la terraza

La Hada Buena vió Tiro de Gracia de Becher y citando a Kubrick-Thackeray en el final de Barry Lyndon, dijo: "Todos estos personajes vivieron bajo el reinado de fulano de tal. Unos fueron así y otros fueron asá. Ahora son todos iguales".
Que las cosas hayan sido como fueron, no significa que por que ahora sea domingo y su amanecer, inaccsesible de tan hermoso, haya que hacer lo que habría que hacer.

Dame Laura Knight. The Bedroom. 1931.-

artificio y marginalidad

La tradición, la costumbre, tiende a provocar humores melancólicos que muchos contemporáneos quieren combatir comportándose como reverendos hijos de puta (malas personas-traidores).
La confusión es tan grande que ayudando a inflarla terminan solucionándola de forma atroz. Un concepto al fin y al cabo científico: ciclos que a través de los siglos se repiten, transformándose en desconocimiento.
Durante este largo transcurso de las cosas, hay una chispita que permanece sin lesión ni daño. No la entiende nadie. No hace falta entenderla.

Agenda53.

el pollo en las alturas

Un vino.
Tan lindo ese miedo tartamudo de ir al muere para más tarde desde ultratumba y con iluminación de bajo costo, seguir rompiendo las bolas de aquellos que, atentos a la perinola que no termina de dar su jugada, dejan la plancha al juego que juega, y sueñan incandescencias que nunca incendian pero que ilusionan hasta las lágrimas.
La i
hiriente
llama la atención del pollo que se da vuelta, escucha el agudo sonido, parpadea y muere por todos los hombres.
Chupín.

Cromo de finales del siglo XIX.

misterios del manicomio

Son misterios folklóricos dependientes del aspecto económico. Estas instituciones encierran por un lado la estravagancia de la miseria social, y por otro las resoluciones mafiosas de algunas sucesiones y herencias, tal como le sucediera al marqués de Sade a quien sus parientes mandan a la Bastilla para quedarse con sus bienes y luego de los vaivenes de la revolución social, Napoleón lo encierra en Charenton para que lo terminen de hacer mierda.
Inevitablemente estas situaciones redundan en actitudes misteriosas no entendidas por el vulgo ni los estudiantes que como don Alvaro Carrillo escribían gruesos folletones.

el vaso de vino

El otro día no sabía por donde (cómo) empezar. Tampoco sabía por donde (cómo) terminar. Hace tiempo que se repite esta situación. Tal vez mi intención sentimiento de hoy, fue cocinar dos huevos fritos con sal. En lugar deso cociné dos huevos duros con pimienta negra. Este asunto del barril sin fondo, cansa. Paró de llover y refrescó.

buitre inolvidable

En la sobreterraza de la terraza del edificio de la calle Chile donde mi padre fue portero y donde nací, había un habitáculo gigante destinado a contener la maquinaria (motor y sistema de poleas) del ascensor OTIS que cubría el ascenso y descenso del aparato, entre la planta baja y los siete pisos que gradualmente, acercaban al cielo.
En ese habitáculo anidaba un Argentavis Maximus o Ave Roc tradicional. Una especie de buitre de unos cuatro metros de altura que cuando desplegaba sus alas para volar, éstas superaban los veinte metros.
Mi padre me tenía rigurosamente prohibido subir a la sala de máquinas, pues el roc que a veces volvía con caballos para comer, a un niño lo podía engullir cual golosina diminuta.
Para mantener una dieta tranquila del pájaro, mi padre lo mantenía a gallinas vivas y carcazas óseas vacunas que le proveía un carnicero amigo.
En algunas noches que la luz de la luna lo permitió, vi al roc salir a volar. Tomaba envión por la sobreterraza y remontaba vuelo hacia el río, como quien dice hacia Uruguay.

1001 Nacht. Stuttgart. 

 Argentavis maximus

 Argentavis maximus

Henz invitaba

Compartimos un hotelito en San José de Costa Rica en 1974. Henz era fotógrafo y yo actor y nuestras habitaciones confluían a un gran patio tropical y nos reuníamos en su espacio a beber, jugar ajedrez, fumar marihuana y soñar.
Yo le provocaba alegría a este joven alemán y entonces él me invitaba con propuestas, algunas ahí cerca de donde estábamos: "Ven a buscar tesoros bajo el mar. Tengo un amigo capitalista que me financia un bote y un miniejército. Ven a recorrer el Caribe y bucear". O: "Vamos a cazar cocodrilos para vender sus cueros".
Henz había estado en África y allí estaba el carozo de su ilusión: "África es un país a tu medida. Tú vas caminando y a tu paso hay árboles. Comes sus frutos y son dulces y... ¡alucinógenos! Acompáñame que conozco un rey amigo que quiere hacer una revolución -nuevamente citó a su capìtalista alemán que pondría la guita para las herramientas- Ven ¡Vamos a ganar una guerra!"...
Soñábamos a través de noches plenas de luna y putas hermosas.