Templanza

El protagonista de El cementerio de Praga de Eco, es un anciano de 67 años que manifiesta templanza y fortaleza ante el empirismo de la vida. En otras palabras, mantiene una actitud juvenil, merced a una disciplina acarreada desde su tierna juventud: la puñeta.
Puñeta que alimenta con imágenes obtenidas en prostíbulos parisinos de finales del siglo XIX, sin practicar el contacto con las asistentes sociales. Hay un comportamiento monacal en Simonini que si, asume la glotonería experimental.

vendajes literarios

La cuestión expresiva se soluciona publicando libros y los libros se publican para ser vendidos o para ser publicados. Un comic underground americano, allá en San Francisco, en vez de exhibir un precio en la tapa, decía "Robame", con un aire de Alicia en el país de las maravillas: "comeme". Un día, un discípulo de Andralis se enojó, dijo: "¡Hijos de puta!... ¡Piensan que los libros se publican para venderlos!". Los libros existen para ser libros usados: leídos, manoseados, hojeados... Como en un origen de la comprensión de todas las cosas, hicieran aquellos beduinos que encontraron los Rollos del Mar Muerto y usaron unos cuantos papiros para encender el fueguito que les calentó el té (los que quedaron son los que se conocen). El arte de los apósitos es útil al lector que para leer no compra, no roba ni acepta regalos. Los vendajes son una ortopedia similar a la del libro como transmisor de charlas.

Los deberes para el inicio de semana.

Hoy domingo amanecí con una tarea inmensa por delante: describir 54 objetos como composiciones gramáticales...
Fuí al puesto del parque, le puse precio a algunos libros y empezó a llover. Entonces le conté al Mummy, Cristian y Jorge, películas de Paosolini: Acattone, Saló, Teorema, El Evangelio según San Mateo, Rogopag... (No habían visto ninguna). Teorizamos sobre la muerte del creador italiano... Quedé cansado.
Vine a casa, comí ravioles con vino y me acosté a ver televisión: En todos los canales de aire pasaban partidos de fútbol o tal vez un solo partido a través de muchos canales, por lo que fui a los de cine y vi (todas empezadas): El Samurai de Jarmush, La Patrulla Infernal de Kubrick y un par más donde Bill Murray y el boxeador Tyson aparecían como figuras de referencia...
Ha pasado el día, es domingo de noche y mis deberes gramaticales están sin hacer.
Como decían en un continente lejano: "Voy a ello".

Poster de Nik.

los días borrados

Para borrar los días se usa una goma de borrar y con un poco de paciencia se eliminan recuerdos y vivencias. También la lavandina, pura o rebajada, deja la conciencia limpia y sin mancha (inmaculada). La goma de borrar puede ser miga de pan que se frota sobre las memorizaciones y la lavandina las acaricia mediante un pincel o un algodoncito.
De todas formas este sistema de borrado es superficial. Cuando la rémora se grabó a presión, la herida permanece sometida nel inconciente a merced de boleros que la reavivan y con la acariciante lavandina se logra un disfraz de invisibilidad y entonces, un poco de lobotomía no viene mal.

Paraíso sin restricciones.

Siempre se está a tiempo de instalar un espacio de compra-venta de bienes no materiales. Sucediendo entonces que lo que crece es el espacio material utilizado para estas actividades. Desde una modesta habitación de 2 x 2 metros, se llega a un estadio de fútbol con tribunas y vestuarios.
Acontece desta forma, una correlación de fenómenos: Mientras el espacio físico y habitacional crece y sigue creciendo, aumenta la soledad del que asumió el rol de hacedor de la ropavejería espiritual. Pronto la ambientación se vuelve incontrolable y grupos humanos sin recursos ocupan las instalaciones que crecen bajo el sol y el viento, aportando ladrillos, arenas infinitas y caños de todo tipo, transmutando lo espiritual en material, corporizando ángeles, arcángeles, demonios y profetas, a precios accesibles.

chaleco de fuerza

Más importante que la descripción del fenómeno, es el fenómeno en sí.
Súbitamente olvido cómo sacarme el chaleco por la cabeza y lo intento por los pies. En ese momento hay un chispazo que me indica que la cosa no es así pero ya estoy en eso e insisto. Me atasco, es tanto el arabesco, que temo sufrir un infarto o una desas puñaladas internas provocadas por la convulsión visceral, que me hace decir textos aparentemente súbitos, que en realidad reproducen oralidades incorporadas desde la primera infancia.
Es tal el atasque que la situación podría ser indefinida. Sin embargo, otro fogonazo me impulsa a llevar el chaleco hacia la cabeza y sale...
El chaleco salió y volver a ponérmelo es preocupante, sus nudos predisponen a dificultades.
Me voy a poner al sol, siguiendo el consejo de Santiago Larrosa: "El sol es el chaleco de fuerza de los pobres".

Inauguración

El sábado 7 de mayo a las 16 hs. inauguro una retrospectiva titulada "Infancia", en el Museo Maguncia, Av. Pedro de Mendoza 1855.


Están invitados.