Anoche me visitó Roberto Páez. O yo lo visité a él.
La situación era misteriosa. Los motivos del encuentro (los había y tenían que ver con el trabajo y la vida) se disipaban casi antes de concientizarlos. En mi aventura me acompañaban mi mujer: la virgen María, y mi hijo Jesucristo que aún a punto de cumplir once años, era una niña.
Estábamos en el taller de Roberto y las acciones eran muchas y tenían esa característica tan festejada por mi amigo y por Borges: se olvidaban a medida que sucedían, y eran apasionantes.
De pronto llegó Roberto con algunos de sus alumnos, y hablaron.
Yo no hablé con ellos. Pero cuando todos se fueron con el maestro y me dejaron a cargo del lugar, se sobreentendía que antes de irme yo, iba a dejar todo en su sagrado lugar.
No cometí sacrilegios. Lo más imporante fue acondicionar una bolsa de plástico semillena de agua y dejarla, sin que pierda líquido, dentro de una caja, conformando una especie de pequeña cama de agua. Cama cucha como para un perro que allí no había.
Ya estábamos por irnos, salir por la puerta metálica de una gran persiana baja, cuando sonó el teléfono. Un aparato telefónico negro de los años cincuenta. Me detuve en el tiempo sin saber que hacer, hasta que de pronto, levanté el tubo y atendí.
No recuerdo quién llamaba ni por quién preguntó. Le contesté: "Número equivocado". Colgué y el porvenir fue realidad.
viernes, 29 de agosto de 2008
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número equivocado |
domingo, 24 de agosto de 2008
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las morcillas mágicas |
Los convocados: Mario, su mujer, el cabalista Alfredo y yo, ya habíamos construido los cimientos de la conjura. Los orígenes y sus proyecciones ya estaban, no solo encriptados y asumidos, eran tangibles... Entonces Mario clamó: "Comamos y bebamos vino... ¡Por favor!"
Luego de un inmediato análisis del rito gastronómico, decidimos pedir a domicilio dos milanesas grandes con puré que podían ser divididas en dos partes cada una, vino había en casa y aceitunas y queso. "¡Pidamos algo más". "¿Qué?" "¿Chorizo?" "¿Morcilla?"... "¡Morcilla!", sentenció Trejo y aclaró "Pero, esa morcilla la quiero comer yo solo. No quiero compartirla". "En ese caso -asumí- yo también quiero otra morcilla para mi solo".
Así se hizo y las morcillas estuvieron deliciosas, y el vino: un elixir.
jueves, 21 de agosto de 2008
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cuestión de suerte |
Un secreto para ser secreto, debe ser desconocido por el guardián del secreto. Ese es el sentido de dar la vida por algo. Se parece al fenómeno de la Fe, que como toda fuerza que surge del inconciente colectivo humano, se interacciona con la enajenación y la duda.
Después, las interpretaciones...
O sea, pese a que el sentido lógico de las cosas, es una cuestión mítica, el obrar con decisión es una llave.
martes, 19 de agosto de 2008
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Ensayar con Trejo |
Mario me convocó junto a un par de memoriosos, a recordar. Como hace 40 años, la conjura deste sábado, es militar, apaciblemente severa, inevitablemente fructífera.
En un departamento cerrado del barrio de almagro, con o sin consecuencias, vamos a soplar los huracanes y maremotos necesarios. Los firuletes necesarios de Barsak.
miércoles, 13 de agosto de 2008
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yoella tenía razón |
Yo tenía razón porque la razón era de él. Yo era una niña y él, un hombre mayor, quizás no tanto, pero sí un loco. Por lo tanto Yo me volví loca de luz. Y la luz nos soñó. O quizás todo fue al revés (yo era un niño y ella una mujer mayor), pero de todas formas, no nos dimos cuenta de los fogonazos y fantasmas espiones chispeando contra el piso, de aquel entonces.
martes, 12 de agosto de 2008
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cantro |
S como si entre frase y frase faltara un tonel de explicación, arcaismo inencontrable en los recontras del camino y sus huellas. Descalzos dinosaurios piando anancontrando un desencuentro pedido por alguien interesado en comprender la repetición, digestiva o no, de las cosas buenas y malas. Reputear. Resantificar.
automático Re, el bache expresivo serviría para agregar casualidades, "reemplazar" y "resultar".
Jamás "terminar", en todo caso "iniciar" con cariño. Secar lo mojado. Humedecer lo seco.
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febril la mirada... |
Decía que Dumas hablaba de 20 años para revitrolar la voltereta del pasado. También Gardel.
Entonces veinte años sería una brutalidad de vida vista video. Película clásica que cuenta en 120 minutos la transformación de la conciencia en ausencia, con Gene Kelly haciendo de D´artagnan, el cáncer de Paul Newman, la muerte de Brando. Tres mosqueteros norteamericanos asumidos en paises latinoamericanos.
Entonces el amor reverbera en 30 años.
domingo, 10 de agosto de 2008
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fanatosma |
Hay fantasmas nuevos y fantasmas antiguos que tienen que ver con aquel, que juegue el rol que juegue, es otro fantasma (Fantomas). Los teatros y los actores andan en eso, van a eso aunque no lo quieran. Estamos en un mundo escenografía donde todo el mundo actúa.
La contemplación de fotografías viejas conecta a los fantasmas nuevos con los viejos, aunque el recuerdo es más poderoso aunque distorsione.
la realidad de la carne viva es fanatosma.
jueves, 7 de agosto de 2008
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lo mejor eran los dos leones que maltrataban |
Vaver un día que dentro de lo permitido-o fuera dello- Juan saldrá del caserío y la tipografía rodará entre tamarindos y verdes velazcos. Pues ¿sino para qué los tipográficos y la composición en frío? Orgánicos señores que a los 82 años descubren los sotilezos soretos soteros esotéricos de las trampas del amor. Culo al horno relleno de navizas y chorizo colorado. Juan no se ha molestado demasiado por eso, pues la acústica.
miércoles, 6 de agosto de 2008
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oye abuelo |
No tenía idea que esto estuviera sucediendo.
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empedo empero |
Cabezadurismo irreductible. No solo esperar infinitamente a la guillotina que en realidad, ya fue. Olvidar.
Olvidar es difícil.
¿Qué no es difícil?
Las plomerías dentales son pluviales y las babosas se bañan en cloruro de sodio y los humanos en soda cáustica. Empero empedo.
martes, 5 de agosto de 2008
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¿Por qué no hacés algo más productivo? |
La prórroga propone y el prorrogado dispone. Hace lo que Roberto Páez estaba seguro de hacer con su vida ante una exigencia del trabajo, se hechaba a dormir aunque para ello debiera consumir drogas.
Esta inflexible disciplina y sus bemoles, compases y acompañamientos, fortalece las acciones éticas y estéticas del discurso vital. El secreto y el buen humor lo permite.
Así, cuando se ha llegado al final y las golondrinas revolotean e incitan: "¡Dale, apretá el botón!". El veterano sostiene: "Momentito... Todavía tengo que aprenderme el abecedario de corrido".
sábado, 2 de agosto de 2008
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la aceptación |
En vez de cerrarse, el plazo se extiende. El libro a presentar en medios aunque no académicos, formales y enajenados, muestra varias manos de pintura esmalte beige. El autor viste chaleco antibalas y la cabeza cubierta por un balde de fierro. El público es numeroso y en su mayoría aprovecha el lapsus cultural, para dormir.
De todas formas hay balazos dirigidos al escenario, no al autor en sí, a la proyección de patitos consecutivos del cineasta mejicano Juan Orol, que enmarca la oratoria del escritor conservador, cuya voz retumba de ultratumba debido al tarro cabezal balde (antichocolate cerebral).
Los balazos rebotan, entonces entra a escena un tanque ligero que se avalanza aplastando butacas, espectadores y proscenio. El autor huye y el tanque (tanqueta literaria) lo persigue.
Afuera en la calle, un volquete espera.