¿Por qué no hacés algo más productivo?
La prórroga propone y el prorrogado dispone. Hace lo que Roberto Páez estaba seguro de hacer con su vida ante una exigencia del trabajo, se hechaba a dormir aunque para ello debiera consumir drogas.
Esta inflexible disciplina y sus bemoles, compases y acompañamientos, fortalece las acciones éticas y estéticas del discurso vital. El secreto y el buen humor lo permite.
Así, cuando se ha llegado al final y las golondrinas revolotean e incitan: "¡Dale, apretá el botón!". El veterano sostiene: "Momentito... Todavía tengo que aprenderme el abecedario de corrido".
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