LA MANO QUE APRIETA

miércoles, 13 de agosto de 2008

yoella tenía razón

Yo tenía razón porque la razón era de él. Yo era una niña y él, un hombre mayor, quizás no tanto, pero sí un loco. Por lo tanto Yo me volví loca de luz. Y la luz nos soñó. O quizás todo fue al revés (yo era un niño y ella una mujer mayor), pero de todas formas, no nos dimos cuenta de los fogonazos y fantasmas espiones chispeando contra el piso, de aquel entonces.

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