hay un mensaje de paz que no ceja y que no deja dormir a multitudes. Las premoniciones de tranquilidad asegurada provocan ronroneos que destruyen (pudren) los metabolismos humanos. Como toda premonición, esas se autoconstruyen en base a su enunciación. Se escucha "Vendrán tiempos de pan y miel" y la obligación de teclear "me gusta", quita el aliento.
El lector (detalle). Foto: V:C:
jueves, 28 de mayo de 2015
miércoles, 27 de mayo de 2015
[+/-] |
changüí |
El haber vivido inmerso en el changüí (en paises extranjeros y en el local) no exigue explicación. Y al buscar su significado no me conforman los resultados. Desde el momento que el ejercicio del changüí me permitió hacer y ser dentro del conglomerado social (fuera de las normas y a veces rozándolas), no me veo dentro de "changa" o "ventaja". El concepto es muchísmo más amplio, su marginalidad es difícil de abarcar. En todo caso me quedo con la significación cubana:
"El changüí es una música de origen rural o montuna. Surgió, al igual que el son, en la zona oriental de la isla de Cuba, más específicamente en los municipios cercanos a la ciudad de Guantánamo El changüí se deriva del Negón y nace a fines del siglo XIX. La formación musical del changüí se compone de marimbula, bongó, tres y Güiro o maracas, así como de uno o varios cantantes. El ritmo carece de "clave de son" aunque su presencia puede sentirse en el patrón rítmico del tres".
De alguna forma, el ejercicio musical es marginal y extranjero en su manifestación.
El traslado. Foto: V.C.
"El changüí es una música de origen rural o montuna. Surgió, al igual que el son, en la zona oriental de la isla de Cuba, más específicamente en los municipios cercanos a la ciudad de Guantánamo El changüí se deriva del Negón y nace a fines del siglo XIX. La formación musical del changüí se compone de marimbula, bongó, tres y Güiro o maracas, así como de uno o varios cantantes. El ritmo carece de "clave de son" aunque su presencia puede sentirse en el patrón rítmico del tres".
De alguna forma, el ejercicio musical es marginal y extranjero en su manifestación.
El traslado. Foto: V.C.
viernes, 22 de mayo de 2015
[+/-] |
trampa del transcurso |
El ropero no resiste el reintegro de vivencias. No hay espacio.
Construir un ropero más grande se lleva la vida. Aunque se llegue a todo o nada, los tiempos son escasos.
Recurro al blog:
"Estoy en una casa iluminada, es de madera con muchas ventanas. En alguna habitación cercana está el Chileno y yo me encuentro rodeado por sus libros. Sacudiendo los papeles, aparece Toni Vázquez, aquel salvador de inocencias del viejo Perú durante los sesentas del siglo pasado. Me saluda sin rememorar nostalgias ni explicar su presencia, vuelve a esconderse entre el monton de libros impresos y manuscritos. Desde algún otro espacio, llega olor a marihuana. Se escucha una fiesta o por lo menos una reunión grande. Sé quienes son los reunidos pero ignoro el motivo de su algarabía, aunque preveo el asado y las damajuanas. Son muchos y no quiero nombrarlos.
Embolso los libros del Chileno, en tanto charlo con Mabel que, sentada, contempla qué estoy haciendo. Mientras apenas entiendo la fonética con Mabi, el Chileno ingresa de repente en la habitación y se mete en una de las bolsas cargadas.
Hago un nudo en la bolsa que contiene a mi amigo, Y desde su interior escucho su voz que me habla en francés. Está hojeando uno de los libros y me dice que viene en una cajita de cartón, que el libro está lleno de ilustraciones del siglo XVIII. Hay carromatos, mujeres, flores rojas..."
Sanguchito nocturno (Detalle). Foto: V.C.
Construir un ropero más grande se lleva la vida. Aunque se llegue a todo o nada, los tiempos son escasos.
Recurro al blog:
"Estoy en una casa iluminada, es de madera con muchas ventanas. En alguna habitación cercana está el Chileno y yo me encuentro rodeado por sus libros. Sacudiendo los papeles, aparece Toni Vázquez, aquel salvador de inocencias del viejo Perú durante los sesentas del siglo pasado. Me saluda sin rememorar nostalgias ni explicar su presencia, vuelve a esconderse entre el monton de libros impresos y manuscritos. Desde algún otro espacio, llega olor a marihuana. Se escucha una fiesta o por lo menos una reunión grande. Sé quienes son los reunidos pero ignoro el motivo de su algarabía, aunque preveo el asado y las damajuanas. Son muchos y no quiero nombrarlos.
Embolso los libros del Chileno, en tanto charlo con Mabel que, sentada, contempla qué estoy haciendo. Mientras apenas entiendo la fonética con Mabi, el Chileno ingresa de repente en la habitación y se mete en una de las bolsas cargadas.
Hago un nudo en la bolsa que contiene a mi amigo, Y desde su interior escucho su voz que me habla en francés. Está hojeando uno de los libros y me dice que viene en una cajita de cartón, que el libro está lleno de ilustraciones del siglo XVIII. Hay carromatos, mujeres, flores rojas..."
Sanguchito nocturno (Detalle). Foto: V.C.
miércoles, 20 de mayo de 2015
[+/-] |
una cabeza por otra |
El dinero es lo de menos. Cuanto más se lo desprecia, más aumenta su caudal. O no.
Mil millones de dólares sería el piso para que una persona se desprenda de la confusión de perseguir bienes materiales.
Vivimos en un mundo donde por diez millones de dólares podemos trasplantar nuestras cabezas. Colocarlas en un cuerpo con mejores condiciones a las del que nos corresponde...
O, lo mejor de esta bicoca: intercambiar nuestras cabezas con alguna amistad para observarnos a posterior y reflexionar.
Supongo que el intercambio mutuo, en vez de 20 millones, se podría conseguir por 15.
Fotos; V.C.
Mil millones de dólares sería el piso para que una persona se desprenda de la confusión de perseguir bienes materiales.
Vivimos en un mundo donde por diez millones de dólares podemos trasplantar nuestras cabezas. Colocarlas en un cuerpo con mejores condiciones a las del que nos corresponde...
O, lo mejor de esta bicoca: intercambiar nuestras cabezas con alguna amistad para observarnos a posterior y reflexionar.
Supongo que el intercambio mutuo, en vez de 20 millones, se podría conseguir por 15.
Fotos; V.C.
martes, 5 de mayo de 2015
[+/-] |
gabinete chijete |
Digan lo que digan, nada mejor que el gabinete privado para sacudir la pandereta y alejarse de los conflictos citadinos. Sobre todo cuando faltan las palabras y hay que elongar las que hay (esos intentos demasiado humanos de plancharlas al vapor buscando nuevos significados, logrando apósitos).
Por eso el gabinete es ideal para cualquier intimidad expansiva, creativa y explosiva.
Antiguo gabinete de la azotea. Foto: V.C.
Por eso el gabinete es ideal para cualquier intimidad expansiva, creativa y explosiva.
Antiguo gabinete de la azotea. Foto: V.C.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)