El origen del tabú, de la prohibición, es el divertimiento. Cuando Calígula clausura el abastecimiento de granos, lo hace para experimentar cómo reacciona el pueblo ante el hambre. Calígula evoca un mito perdido en las edades, y después el fenómeno se repite a través de las centurias que se suceden.
El concretar estas ideas, civilizó las sociedades. Así en Buenos Aires hay calles que según el calendario, cambian sus direcciones de tránsito (manos). Intención relacionada con la ingestión de hongos. El mismo hongo ingerido en horas de la mañana produce efectos salutíferos y mejoras fisiológicas; consumido por la tarde, mata irremediablemente. Entonces se prohibe comerlos por la tarde y también se prohibe comerlos por la mañana, logrando así una sugestión popular cuando el hongo se alza, cuando el tráfico vehicular se atora.
miércoles, 30 de abril de 2014
lunes, 28 de abril de 2014
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mano puta |
Cuando la mano apesta se la lava con pervinox y se la amputa.
Diletantes dilatados creen que con enjuagar una mano se lavan dos,
mientras riegan intestinos por pasillos y terraplenes abandonados,
donde no se acercan las gallinas
porque rechazan los yodoformos que los monos ostentan en las palmas de sus manos ciertas, hábiles y lejanas de sí mismas.
Doctorales y escándalosos.
Diletantes dilatados creen que con enjuagar una mano se lavan dos,
mientras riegan intestinos por pasillos y terraplenes abandonados,
donde no se acercan las gallinas
porque rechazan los yodoformos que los monos ostentan en las palmas de sus manos ciertas, hábiles y lejanas de sí mismas.
Doctorales y escándalosos.
sábado, 26 de abril de 2014
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Cuarto H |
Se trataba de una fiesta. Por lo menos eso era lo pronosticado. Yo estaba a solas en el piso destinado al evento que tal vez no era fiesta, pero sí reunión.
La luz no andaba bien y las sábanas se extendían a través de los ambientes del departamento. Música no había.
Repentina y tranquilamente, dos convocados más estaban conmigo. Los tres nos desconocíamos pero actuábamos imbuidos de alguna complicidad histórica.
La problemática era que tenía que llegar más gente y no llegaba. De pronto sonó el timbre de calle y los tres bajamos a abrir. Tal el entusiasmo que no recuerdo si lo hicimos por la escalera o por el ascensor.
El grupo una vez reunido, clamorosamente, subió a los ascensores y yo quedé rezagado por uno de los cordones de mis zapatos que se enredó. Los convocados subieron sin mí y entonces no recordé ni el piso ni el número del departamento de donde habíamos bajado.
Hablé con el portero que rápidamente clausuró el acceso a las escaleras, sin entender mi situación y sonriendo siguió con sus quehaceres, respondiendo a mis inquisiciones con gestos extraños pero amables. Mientras tanto llegaba gente que subía por el ascensor...
Primero esperé que alguno de los convocados, al percibir mi ausencia, bajara a buscarme, más esto no sucedía.
Repentinamente, recordé: "¡Cuarto H!" (cuarto piso departamento H). Simplemente tenía que subir al ascensor y apretar el botón del cuarto piso. En ese momento había una fila larguísima de gente abrigada que iba subiendo al aparato mecánico. Cuando pude entrar, lo hice junto a tres personas que teclearon sus destinos ascendentes y mientras el ascensor subía quise marcar el cuarto piso, pero en el tablero no existía el piso cuarto. Los botones tenían signos muy extraños para mi y aparentemente usuales para mis compañeros de viaje.
Supe que no iba a llegar al cuarto H. Seguramente tampoco iba a poder volver a la planta baja. Me dió la impresión que el ascensor no se movía. Imitando la actitud de mis compañeros circunstanciales, adopté una pose natural, fícticiamente cómoda, esperando.
La luz no andaba bien y las sábanas se extendían a través de los ambientes del departamento. Música no había.
Repentina y tranquilamente, dos convocados más estaban conmigo. Los tres nos desconocíamos pero actuábamos imbuidos de alguna complicidad histórica.
La problemática era que tenía que llegar más gente y no llegaba. De pronto sonó el timbre de calle y los tres bajamos a abrir. Tal el entusiasmo que no recuerdo si lo hicimos por la escalera o por el ascensor.
El grupo una vez reunido, clamorosamente, subió a los ascensores y yo quedé rezagado por uno de los cordones de mis zapatos que se enredó. Los convocados subieron sin mí y entonces no recordé ni el piso ni el número del departamento de donde habíamos bajado.
Hablé con el portero que rápidamente clausuró el acceso a las escaleras, sin entender mi situación y sonriendo siguió con sus quehaceres, respondiendo a mis inquisiciones con gestos extraños pero amables. Mientras tanto llegaba gente que subía por el ascensor...
Primero esperé que alguno de los convocados, al percibir mi ausencia, bajara a buscarme, más esto no sucedía.
Repentinamente, recordé: "¡Cuarto H!" (cuarto piso departamento H). Simplemente tenía que subir al ascensor y apretar el botón del cuarto piso. En ese momento había una fila larguísima de gente abrigada que iba subiendo al aparato mecánico. Cuando pude entrar, lo hice junto a tres personas que teclearon sus destinos ascendentes y mientras el ascensor subía quise marcar el cuarto piso, pero en el tablero no existía el piso cuarto. Los botones tenían signos muy extraños para mi y aparentemente usuales para mis compañeros de viaje.
Supe que no iba a llegar al cuarto H. Seguramente tampoco iba a poder volver a la planta baja. Me dió la impresión que el ascensor no se movía. Imitando la actitud de mis compañeros circunstanciales, adopté una pose natural, fícticiamente cómoda, esperando.
viernes, 25 de abril de 2014
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ética deslizable |
Espanto en esperanto o el estilo de guardar empanadas usadas en la heladera, también en la escalera.
Miedo
Temor morisqueto no a las resoluciones sino a los medios, los durantes (masticaciones y escupitajos).
Cada vez hay menos explicaciones, menos retórica y el cielo y el infierno son un mismo camino.
Voy a comprar calzoncillos, camisetas y medias que no me estrangulen los tobillos...
miércoles, 23 de abril de 2014
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volatilidad de los cimientos |
el aburrimiento se corporiza en una pesada mampostería que cae y aplasta a un fortuito paseante. Paseante o caminador que venía pensando, elucubrando felicidades y desgracias, entusiasmos que de alguna forma tenían que resolverse súbitamente. Castillo de naipes.
Selecciones del Reader´s Digest. Dic. de 1950.-
martes, 8 de abril de 2014
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la calma y el desastre |
una luz en el viento una luz en la ventana
venganza de una traición
Los crímenes de los sábados por la noche
los partidos de ping pong en la cárcel en el centro cultural
los asados en la casa del Chileno
los vientos, las ventanas
los nombres de los amigos que habitan novelas antiguas y futuras
la cama y el sastre
venganza de una traición
Los crímenes de los sábados por la noche
los partidos de ping pong en la cárcel en el centro cultural
los asados en la casa del Chileno
los vientos, las ventanas
los nombres de los amigos que habitan novelas antiguas y futuras
la cama y el sastre
lunes, 7 de abril de 2014
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quizás también interese |
sssssdddddddddddddddddddddddddeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
ttttttrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrcccccccccccccccccccccccccccccvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvv
bbbbbbbnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn
ggggggggggggggggggggggggggggggggggggggggggggggggggiiiiiiiiiiiiiiiiiiiioooooooo
ppppppppppppppppppppppppppppppppppppppllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllll
mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm
uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
jjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
ññññññññññññññññññññññññññññññññññññññññññññññññññ
nnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn
El tema es común a todos.
Thomas Eakins. Gross Clinic (detalle).
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El tema es común a todos.
Thomas Eakins. Gross Clinic (detalle).
jueves, 3 de abril de 2014
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hace tiempo no me bancás. |
La radiografía tiene que ser exagerada (zeta entre x y a) pues se entiende y para entender es que se estudia cartografía, meditación y observancia continua de plátanos creciendo, o similiares.
Así es que se aprende más en la vida práctica que en la academia de prestidigitación y costura (f entre la i y la g). A grandes voces temblando paredes.
Así es que se aprende más en la vida práctica que en la academia de prestidigitación y costura (f entre la i y la g). A grandes voces temblando paredes.
miércoles, 2 de abril de 2014
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vegetales enlatados |
Antes -alcoholismo mediante (medialuna)- el suceder se disfrazaba de olvido y seguía de largo o iba a algo parecido a internet (caudal). Se podía asistir a las incipiencias del momento, con brutalidad y optimismo (humor).
Ahora -con alcoholismo dietético- las rememoraciones explotan estrellando el cerebro contra las estrellas, no soportando lo soportable.
Moreno. Valle Inclán. Madrid. Hacía 1920.-
Ahora -con alcoholismo dietético- las rememoraciones explotan estrellando el cerebro contra las estrellas, no soportando lo soportable.
Moreno. Valle Inclán. Madrid. Hacía 1920.-
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