LA MANO QUE APRIETA

sábado, 26 de abril de 2014

Cuarto H

Se trataba de una fiesta. Por lo menos eso era lo pronosticado. Yo estaba a solas en el piso destinado al evento que tal vez no era fiesta, pero sí reunión.
La luz no andaba bien y las sábanas se extendían  a través de los ambientes del departamento. Música no había.
Repentina y tranquilamente, dos convocados más estaban conmigo. Los tres nos desconocíamos pero actuábamos imbuidos de alguna complicidad histórica.
La problemática era que tenía que llegar más gente y no llegaba. De pronto sonó el timbre de calle y los tres bajamos a abrir. Tal el entusiasmo que no recuerdo si lo hicimos por la escalera o por el ascensor.
El grupo una vez reunido, clamorosamente, subió a los ascensores y yo quedé rezagado por uno de los cordones de mis zapatos que se enredó. Los convocados subieron sin mí y entonces no recordé ni el piso ni el número del departamento de donde habíamos bajado.
Hablé con el portero que rápidamente clausuró el acceso a las escaleras, sin entender mi situación y sonriendo siguió con sus quehaceres, respondiendo a mis inquisiciones con gestos extraños pero amables. Mientras tanto llegaba gente que subía por el ascensor...
Primero esperé que alguno de los convocados, al percibir mi ausencia, bajara a buscarme, más esto no sucedía.
Repentinamente, recordé: "¡Cuarto H!" (cuarto piso departamento H). Simplemente tenía que subir al ascensor y apretar el botón del cuarto piso. En ese momento había una fila larguísima de gente abrigada que iba subiendo al aparato mecánico. Cuando pude entrar, lo hice junto a tres  personas que teclearon sus destinos ascendentes y mientras el ascensor subía quise marcar el cuarto piso, pero en el tablero no existía el piso cuarto. Los botones tenían signos muy extraños para mi y aparentemente usuales para mis compañeros de viaje.
Supe que no iba a llegar al cuarto H. Seguramente tampoco iba a poder volver a la planta baja. Me dió la impresión que el ascensor no se movía. Imitando la actitud de mis compañeros circunstanciales, adopté una pose natural, fícticiamente cómoda, esperando. 
 

comentarios:

Excelente! me encantó--qué lindo leerte Yoel!