LA MANO QUE APRIETA

miércoles, 29 de octubre de 2014

Título de la entrada

Empezó a llover y no paró.
Pedro y Juan pusieron trozos de carne a la plancha, descorcharon una botella de vino y brindaron pensando que en algún momento iban a parar de beber pues todo estaba sucediendo a los reveses. La eternidad tenía cara de tormenta celestial.
Mucha alegría mirando al mundo hundirse bajo el agua y de pronto
lentamente
paró de llover.

Alegoría del mes de noviembre.

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