LA MANO QUE APRIETA

sábado, 1 de junio de 2013

reencontro

Cuando las dimensiones materiales -una casa por ejemplo- se agrandan, se convierten en espacios familiares nunca habitados aunque reconocidos, hay una expedición al pasado que culmina cuando se llega al único amigo que existió en la vida del expedicionario. Esto ocurre después de andar situaciones de feria callejera y arribo al lugar conjurado: una entrada y situaciones rectangulares de gente sentada, gente desconocida entre rodajas de pulpo y otras truculencias. Después de un largo e impecable trajinar, el visitante llega a una amplitud con piso de tablas de madera elástica, donde los dos amigos -por fin- se miran fugazmente. El que llega dice; "¡Al fin veo alguien que conozco!". El reencuentro es tácito. El que está, saluda fastidiado: "¡Hay 1045 personas en casa!" y desaparece. Cuando uno de los convidadados dice sonriente: "Yo soy la persona número 1045", el visitante lo estrangula.
El jardín del amigo visitado, es un bañado amarillo que se hunde en el horizonte. Amanece.

Les aventures de Telemaque, fils d´Ulisse. Livre troisiéme.

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