Oh, el pipí!
En el país de las buenas hostias, el pipito es pipí.
Atrás, hay una maquinaria controlada y precisa que arrancando con el amasado de la materia prima (canciones italo norteamericanas), línea de montaje mediante, se llega a la sacralización del objeto, del cacho de pan que se bendice antes de tirarlo.
El pipito también puede ser pípirito y la hostia además de ser flor de bofetada, se comporta como diminuto disco volador de nitroglicerina que explota.
La Guadaña. 2005.-
comentarios:
20 de abril de 2013, 20:09
vayamos a la ceremonia de la tormenta grande.
Publicar un comentario