LA MANO QUE APRIETA

sábado, 20 de abril de 2013

el pico de la hora pico

El culo cerrado no entiende. Gesticula desagradablemente tanto en los transportes públicos como en las torres de alta tensión. Es tanta la radiación que es dificil relajar la cara y el esfínter. La paranoia ambiental predispone a cerrarse de gambas temiendo que al mínimo descuido lo ensarten a uno, estilo anticucho, que lo empalen para lucirlo espatarrado en José María Moreno y Rivadavia, aguardando semáforos.
La realidad viboreante y la extrema desconfianza entre los unos y los otros, provoca que el culo reemplaze al rostro, expresando desagrado (mucha seriedad) ante la vida.

Transmutación de la energía. 2002.-

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