LA MANO QUE APRIETA

domingo, 21 de abril de 2013

el absurdo de la "buena vida"

La licitación es lícita e ilícita. Algo liso, deseo largo y prolongado. Para licitar hay que pagar con la vida propia o con la de los demás. Una vez ganada la licitación, ocurre la prolongación del no saber que se está haciendo en el planeta y como referencia se recurre a la Orquesta Sinfónica de Londres.

Foto Paolo.-

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