LA MANO QUE APRIETA

sábado, 1 de diciembre de 2012

te acordás de cuando chupabas la teta de tu madre?

La persistencia fue importante. Transpasados los primeros años, la mamúa tuvo prioridad sobre otras ingestiones y sirvió de motivación para que los jóvenes de reunieran a escuchar música, fumar porro y chupar teta de una o varias madres.
Cierto aire a inocencia perdida presidía estas reuniones donde la permisividad  paterna era el controlador de excesos que la juventud podía cometer al buscar cigarrillos y porongas como reemplazo de la ubre nutricia, la mítica.
Así, el consumo de leche materna en polvo: sus diferentes grados  de dulzura y gradientes nutricios, trata de contener la necesidad mamífera (o su ausencia neta) que forma al humano fuera del útero.

Texto pasado al blog desde la bitácora del puesto 73 del parque Rivadavia.

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