LA MANO QUE APRIETA

miércoles, 15 de febrero de 2012

las acciones pelotudas

Durante el mediodía de los últimos tiempos (1979), estaba con Estrella del Alba paseando por los bosques de los ex "parques de la ancianidad" y en la orilla de un río, vimos dos caracoles haciendo el amor que flotaban. Caracoles de agua dulce del tamaño de un puño de niño cada uno. Metí mi mano en el río y los agarré. Entonces la pareja se deshizo y cada molusco se concentró en el cierre de sus jugos. Quise juntarlos pero no hubo caso. Estrella del Alba se apenó: "¿Por qué hiciste eso?".
Dios nunca me perdonó.

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