LA MANO QUE APRIETA

jueves, 16 de febrero de 2012

Conversaciones con Enrique Sheinshon y Walter Santoro

Enrique fue mi primer expositor… En realidad mi primer expositor fue David, el hermano de Enrique cuando dirigía galería Tema y Celulosa argentina auspició la muestra de un artista que hacía algo “particular” con el papel. 1986. En esa muestra Clorindo Testa compró un barquito de los que le gustaban a él. Un barquito que en la popa reproducía el rostro de Mabel Dai…

Pero el disparador fue el par de muestras que hice en Vermeer.  A partir de ahí, durante un tiempo, siguieron más muestras y el contacto con un público que me provocó hacer, involucrarme en este asunto…
El tiempo y su entorno me llevó a la abulia y a la desesperación.  Y después de haber gastado en esos quehaceres, la vida, Walter Santoro ofreció canjearme una escultura por un libro-catálogo. Impreso que serviría para formalizar una nueva muestra, una retrospectiva de mis trabajos…
Se me ocurrió: “Grabemos una conversación mía con Sheinshon y otra con Santoro para documentar el impreso”.
Se hicieron las dos grabaciones y guardé los plásticos para desgrabarlos. El tiempo pasó. No desgrabé las grabaciones. Incluso las perdí. Mejor dicho no pude encontrarlas donde las había guardado. Hubo que copiarlas nuevamente. Y estas copias nuevas, volví a desencontrarlas. En tanto los meses se sucedían…
Acabo de encontrarlas. Por supuesto estaban en el lugar más visible imaginable.
Siento entonces alivio y voy a rememorar esas conversaciones sin escucharlas.  

Con Enrique, con quien éramos de tener charlas ocasionales a través de tres décadas, tuvimos una conversación enmarcada dentro de este comportamiento, aunque en este caso fue más extenso. Nos identificamos mutuamente, calculamos los cruces ocasionales que debimos haber tenido en los sesentas en el viejo bar “Moderno”. A Enrique le gusta rememorar. Habló de Osiris Chierico y de la muestra que organizara con él sobre “artistas raros”. Pormenores y detalles exquisitos. Le dije que cuando Chierico habló de mi trabajo, me sentí expresado creativamente, como no pude sentirlo con otros profesionales. Dije que me gustaría que no se hubiera ido y que estuviera ahora para hacer algo en este papelerío.
“¿Y porqué fue que te expuse en mi galería?”, me preguntó Enrique con una mirada que suele usar para preparar a su interlocutor. Luego del correspondiente silencio dijo porqué había hecho eso. Mi trabajo daba para razones y sinrazones, y las nombró… En eso, dijo que lo que más le impactó de mi manualización, fue mi uso del color, del óleo… No abrí la boca y seguimos rememorando lejanías y cercanías generalmente alegres, más o menos durante una hora.  Dijimos de armar una nueva muestra en Vermeer.

Walter tiene un museo del papel en La Boca y allí está armada una muestra mía titulada “Infancia”. Cincuenta y tantas esculturas que provocan un movimiento de turistas, útil al mantenimiento del museo. Muestra volátil sujeta a otras muestras que sucederán durante este año 2012 (mis esculturas están allí desde mayo del 2011). Durante el ritmo de comportamiento Walter propuso trasladar la muestra a un lugar más mediático y ocuparse dello. El tiempo transcurrió con su letanía desencontrada.
Cuando hicimos la charla programada, arrancamos del nudo principal del proyecto y Walter se centró en mi quietud personal, mi estatismo íntimo y artístico. “¿Porqué esperás que los demás se muevan por vos? ¿Porqué no te movés por vos mismo? ¿Porqué no vas a hablar con quien tenés que hablar? ¿porqué no invertís en vos mismo?”
Reconocí mi comportamiento como un onanismo cómodo y para peor, maduro.
Fue inevitable discutir el sentido del artificio (del arte). Le dije que me ruborizaba saberme involucrado en esa actitud de vida y si bien le prometí movilizarme hacia concreciones formales, desde el momento que lo dije, supe que no lo iba a hacer. Siempre me escudo en el inconciente colectivo para asumir esas actitudes. En la época del viaje teatral me pudrí de ser el empresario de mi subsistencia y al regresar a mi lugar nativo (Bs. As.), el pudor me alejó de las actividades sociales.  Desde entonces hasta el día de hoy acumulé errores a regacincha, aparte de construir objetos y concretar una que otra exposición. A esta altura no voy a cambiar.
Como comparación me sirvió Florencia de la V a quien, hace poco, en un reportaje televisivo, la escuche contestar ante: “¿Y ahora esperás que alguien te llame?” “No espero nada, Me muevo por mí misma y me va muy bien”. La estrella del espectáculo filosofó sobre que si uno va a esperar algo de los demás, jamás va a recibir nada. Me sentí reflejado en esas palabras  cargadas de veracidad, siendo mi amparo, aparte de saber que no voy a recibir nada, que tampoco lo voy a buscar.
Como con Enrique, con Walter usamos el grueso del tiempo de grabación, hablando de otros aconteceres.
Tanto en una conversación como en la otra, los convocados construimos una maroma de olvidos, cuidadosamente preservados. 

6 comentarios:

Sesudo mi Compadre sus dichos..Mire que me acordé del Jorge Negrete y del Pedro Infante,de Resortes,de Cantinflas,de Sara Garcia...pos que me trajo recuerdos antiguos mi Cuate....pero es asi,nomás,hay que tirar el carro pos.No se me ponga malito,echese un tequilazo y dele a lo suyo...que el Gregorio sigue enriqueciendose con sus chicas,a lo loco...dizque abrira pronto más filiales pos...
¿A proposito hizo sus limpias?

Maestro Yoel:
Que hermosa nota,y que bueno lo que comentas del Museo del Papel.La verdad que ignoraba su existencia,cuando puedas enviame por mail la dirección-si te es posible-para conocerlo.
Que bueno el rescate de lo que uno creia perdido y lo tenía ahi.Me ha pasado
Calido Abrazo
Juan

No se por que aparece como anonima mi nota.

Dale que va sigue como anonimo...????

Oiga UD mi Compadre que ese Olsese o como sea es menso,dizque que quiere poner un comentario y lo manda como anonimo...y encima quiere que UD le mande lo del Museo del Papel...pos que estan locos mi Mariachi!!!
Para Museo del Papel el de Don Hilario Torrejon, que se guardaba todos los diarios y revistas que conseguia,los directorios del telefono,papel,pero en toneladas,hasta que el fuego ejercío su oficio y el Hilario -no se sabra nunca-si quedo entre las cenizas o volo por los vientos con las letras quemadas...mire que cosa.
Ahurita me tomo mi pulque y unas carnitas con chili poblano,pues esto me amarga mi Cuate...y más el olsese ese por memo.
¿Hizo sus oraciones a la Madre Sabona?

Mire Mejicano o de donde sea.Es Ud.una persona que no entiende nada de nada,y si el Maestro Yoel,lo deja poner sus textos es por que él es una persona generosa y jamás censura el pensamiento de nadie.Pero no se haga el vivo,pues en el momento que menos piensa va a recibir una buena trompada en el hocico ¿Esta claro?