LA MANO QUE APRIETA

miércoles, 11 de enero de 2012

Pionono.

Escribo palabras y no sé qué digo. Ignoro qué quiero decir, pero el que lee entiende otra cosa. Y sobre ese otro significado es que me veo obligado a construir mi lechón de reposo. La ancestral bestia de 400 kilos que se usa para dormir aunque no se pueda dormir, porque si a cada palabra hay que corroborarla en el diccionario, entonces los signicados empeoran porque el entendimiento de los lectores no se rige por los diccionarios  sino por lo que a cada uno le parece que significa.

Pionono.

Así, es díficil encontrar palabras difíciles ante la macabra situación de pasar el tiempo mientras se llega a los innumerables puertos adonde van los viejos lobos de mar que cruzan los mares puñeteándose bajo la luz de la luna, o durante el fragor de los combates, o ante el cortocircuito de los significados.
La tempestad y la calma.

Cuaderno Phillips. 1980.-

0 comentarios: