LA MANO QUE APRIETA

lunes, 19 de diciembre de 2011

¿Puede venir a correrme un sofá cama?

¡Imposible! No tengo un pijo de tiempo. Y más ahora con este asunto de que se vienen las fiestas... ¡Mucho silencio! ¡Mucho muerto resucitado! Uno encima de otro. Todos los fines de año es lo mismo. No se le ocurra a usted pedirme el mínimo favor pues me resulta muy difícil quedarme tan quieto. Si pudiera de mil amores. Pero por ahora, vayase a la reputa madre que la parió.

Cuaderno Phillips. 1980.-

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