LA MANO QUE APRIETA

miércoles, 25 de marzo de 2009

vacaciones para la mano izquierda

No hubo enfrentamientos, ni caídas, ni metáforas de vidrio redondo.
Comenzó con un leve malestar entre el dedo gordo y la palma de mi mano izquierda.
El malestar creció
se convirtió en dolor quemante y la función manual sujetante para permitir las acciones derechas, desapareció. Mi mano izquierda se convirtió en un objeto ajeno, no inútil, desequilibrante.
Yo ignoraba la infinidad de artificios de que era capaz mi mano izquierda
Con la derecha puedo practicar la puñeta, escribir al natural y en el ordenador, pero no puedo calzarme los pantalones, construir esculturas...
Más no soy manco...
La mano izquierda existe y me comprende pero no me responde, a lo sumo intensifica el dolor.
Ayer, un juvenil traumatólogo, me dijo: "No la use y vea a un especialista en manos".
Los aprendizajes son fulminantes, pues para todo hay demora hasta ver al quiromántico que diagnosticará amputación, operación, manicuría, baños de sol, audición de discos long play de vinilo, etc.
Mi mano izquierda está de vacaciones, y yo voy con ella, con la casta mano en exposición.

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