LA MANO QUE APRIETA

martes, 9 de septiembre de 2008

Quijoxel

Muchos viejos vagabundos, en lugar de morir, nacieron a repetición. Algunos, como el pintoresco Pelota de Humo, con su clásica gorra de capitán sin barco, siente verguenza de volver al Caribe donde antes lo esperaban los mejores hoteles con alojamuerto grátis. No se anima. La vejez lo ruboriza aunque siga remendando deshauciadas calderas de viejos buques piratas en el puerto de Colón, en Panamá.
Los viejos vagabundos saben que renacer es efímero.
Porqué de los hombres-mariposa.

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