LA MANO QUE APRIETA

sábado, 13 de septiembre de 2008

fernet

El no saber porqué el camino está llano, compulsa a la copa de fernet, la copa supermercada y gruesa que otorgan los aspiradores de sahumerios encendidos a la intuición perdida o encontrada de los demás dioses o demonios que pierden sus cabezas merced a los cortantes jurídicos y onomatopéyicos.
Ganas de bailar entre millones de personas perdiendo el tiempo.
Saquemos las multitudes de lado y vayamos al fernet mientras el sahumerio ahumea en medio de un temporal. ¡Injurias! ¡Injurias!
El tema de la composición no dependía ni tendía a estos pormenores. Por eso cualquier palabra habla de vos, seas quien seas en el pasado y en la fantasía. Habla de vos que pasas y posas a mi lado, sin saludarme, o a lo sumo mandando un saludo humanitario general a las tropas humanas de la circunstancia, o contrayendo matriarcados turísticos hacia futuros embelesados de vaivenes y bellezas inusitadas (elefantes que alzan la cola poniendo la trompa de perfil).
La copa exagerada de fernet que anoda, el teatro del amor pèrdido en el tiempo como siempre. Fernet que anuda previa horca testicular. Anoda Nudo Intrínsico y la palabra precisa al disimular la guillotina del bisturí cartonero.
No sería de extrañar que un día destos yo llegue a la imagen Web del agujero negro que nunca muestro y sigo guardando en la felicidad infantil de un olvidado y gigante espejo biselado.
Ahora que la copa ha llegado a su fin, te extraño mi amor de entonces y siempre.

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