diseminación de los cadáveres
Es cuestión de tiempo, cercano o lejano. El reencuentro con el pasado desconocido es arqueológico tanto en el Mito como en la Historia.
Aquí hubo fiestas (coloradas y azules) luego de las cuales algunos festejantes desaparecieron, no se supo más de ellos. Así el otro día, buscando rompecabezas de la infancia, en el jardín del Dante (que se derrumbó hace más de 20 años) encontré la momia del gordo López, bajo la tablas de un viejo ropero abandonado. El gordo había elegido ese ignoto rinconcito para morir y allí quedó durante los años que se sucedieron. El gordo ya no era gordo, a gatas si superaría los 15 kilos, muy parecido a las momias de Guanajuato, más deshecho, fulero como él solo, con los dientes casi sin encías, los dedos como garfíos y una melena que asustaba. Con una pala de horno lo metí dentro de una bolsa de consorcio y lo deposité en el container municipal de la esquina.
Hace cosa de una semana, la anciana alcohólica doña María, me pidió para pernoctar en los jardines. La consentí y le dispuse alimento seco y agua. Al día siguiente de su arribo ya no la vi. Asumí que la viejita siguiendo un ritual inconsciente, había buscado algún escondrijo para morir.
Hija de puta. No aparece por ningún lado. Revisé todo y no hay caso... Nada.
Queda una posibilidad, que se haya autosepultado en la inmensidad de los jardines, onda lombriz. De ser así, la voy a dejar en paz.
Lejos de los jardines abandonados, mirando los colectivos pasar...
Aquí hubo fiestas (coloradas y azules) luego de las cuales algunos festejantes desaparecieron, no se supo más de ellos. Así el otro día, buscando rompecabezas de la infancia, en el jardín del Dante (que se derrumbó hace más de 20 años) encontré la momia del gordo López, bajo la tablas de un viejo ropero abandonado. El gordo había elegido ese ignoto rinconcito para morir y allí quedó durante los años que se sucedieron. El gordo ya no era gordo, a gatas si superaría los 15 kilos, muy parecido a las momias de Guanajuato, más deshecho, fulero como él solo, con los dientes casi sin encías, los dedos como garfíos y una melena que asustaba. Con una pala de horno lo metí dentro de una bolsa de consorcio y lo deposité en el container municipal de la esquina.
Hace cosa de una semana, la anciana alcohólica doña María, me pidió para pernoctar en los jardines. La consentí y le dispuse alimento seco y agua. Al día siguiente de su arribo ya no la vi. Asumí que la viejita siguiendo un ritual inconsciente, había buscado algún escondrijo para morir.
Hija de puta. No aparece por ningún lado. Revisé todo y no hay caso... Nada.
Queda una posibilidad, que se haya autosepultado en la inmensidad de los jardines, onda lombriz. De ser así, la voy a dejar en paz.
Lejos de los jardines abandonados, mirando los colectivos pasar...
2 comentarios:
17 de junio de 2014, 19:36
Hola, tengo vagos recuerdos de Marta y Yoel en Guatemala. Yo era muy joven y ví algunos de sus espectáculos. El hombre algo de cabeza rapada era Luis Herrera y el teatro era el teatro Gadem. Si tenés fotos de la época en Guatemala sería lindo si las compartís. Saludos.
18 de junio de 2014, 4:15
Hola Ana. Incidiste en mi memoria, ese lugar parecido a la ficción, tan esquivo y fuerte. Voy a buscar algún testimonio de aquel momento y lo voy a subir. Un abrazo.
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