esa pelotudez tan preciada
La persistencia de la pelotudez es un regodeo tarambano ante la cotidianidad de las muertes que se suceden en este barrio y otros, así como la multiplicidad de nacimientos. Al respecto, Kafka era diplomático, evitaba transmitir a los cercanos en sociedad las íntimas barbaridades (calambres y explosiones) que podrían alterar los pelotudos comportamientos sociales.
O sea, hay casos de personas entre personas que inexperadamente combustionan y se incendian mientras comentan la suba del precio de los limones. Otros, mediante un repentino mugido: explotan manchando de mierda y vísceras en mal estado a los convocados a la inauguración de un libro.
Kafka fue un hombre colmado de humor.
Y.N.: Collage. 2002.-
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