LA MANO QUE APRIETA

sábado, 30 de agosto de 2014

la fruta y el aire

La abundante expresión y su confusión interpretativa, es una constante a través de las diferentes comunicaciones y tecnologías humanas.
Se tiene fe -creencia- en lo que dice uno mismo u otro. O no. Pero la constante está, a veces con atavío estúpido o iluminado, a veces con ataduras -sicologías- de todo tipo.
Esa confusión tiende a provocar un equilibrio que no logrado, persiste en su intención.
El comprender lo que se dice es intentar atrapar ectoplasmas en el éter.

Libertad y otras intoxicaciones. 1967.

0 comentarios: