LA MANO QUE APRIETA

miércoles, 20 de agosto de 2014

ímpetu del ladrón

muchas veces dejé de ser quien era, queriendo seguir siendo lo que creía ser.
Algo existe en este momento: las teclas borradas de esta computadora, colmadas de fatuidades, verdades, mentiras, ese torrente que es el olvido, esa traición constante a través de las edades, de las ventanas abiertas o cerradas, a través de todo lo que va dejando de ser; flores, nubes, tempestades, días nuevos...
Quiero releer a Henry Miller, sin releerlo o sin haberlo leído nunca, sin saber quien fui.

Completono B12.

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