LA MANO QUE APRIETA

lunes, 7 de octubre de 2013

pechuga de pollo a la plancha

Si fuera así de simple, jamás se haría lo que se pretendía hacer. Lo fácil es no hacer. No meterse en vientre ajeno. Sin embargo se nace para morir de esa forma. Robar la gallina del vecino es un deber ético y lírico. Nada tan ajeno como gallina en gallinero.
La avenida Gaona (por el Cid Campeador) se presta para abrir un boliche de cerrajería e hipnotismo.

San Cipriano. Casa Domingo Ferrari.

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