LA MANO QUE APRIETA

domingo, 1 de septiembre de 2013

modestia de los modistos

La pataleta escrita es la masturbeta pediátrica que hace emerger a la caligrafía dentre los mitos embarrados. Usualmente esa caligrafia es inentendible ilegible.  El tesón y la espontaneidad permite el traslado de lo que sería una receta médica, del puño aberrado a la máquina de escribir y al teclado de la computadora. La receta, que también puede ser de cocina (la ilegibilidad de los manuscritos, ilusiona) trasmuta en los que la asimilan y retrasmiten, creyendo en la mecánica de los mensajes y en la proliferación genética. Algo así intentaba doña Petrona C. de Gandulfo, sin saber lo que hacía.
Irremediablemente, utilizar cualquier recurso para desentenderse de si mismo, de los demás. Como aquella torta que Marta Minujin estrelló en la cara de Pipo Mancera, por televisión en blanco y negro, a mediados del siglo XX.

La génesis de los signos de las letras. Portillo y Weber.

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