dientes arrancados de cuajo
Hay manualitos que enseñan a matar y a descifrar abecedarios, en realidad grafismos. Sangrientos bricolajes, melancólicos valses con eñes de tamaño humano que odulan tanto al pie de las horcas barriales como en las catedrales hipócritas. Ninguna pena ningún daño, simplemente las iguanas bajo la cama. Así como se mata al otro se da la vida por él. Cotidianidad de la doble v.
Foto Calo
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