LA MANO QUE APRIETA

lunes, 12 de agosto de 2013

choripán en el jardín


La burundia daba pena en primera instancia. Pero ante el consecuente acontecer, el burundio resultaba ser más que una fiesta colmada de recuerdos que terminaba en las llanuras del más allá emprendiendo regresos desbocados y nuevas idas, entre el carajo y la ternura. Pedacito de cielo con uñas y cabeza.
Burgundio era otra cosa. No era una acción, era el nombre propio del festivo hacedor de las mágicas fogatas de la cierta burundia.

Rev. Ahora. 3 dic. 1948.

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