LA MANO QUE APRIETA

sábado, 6 de julio de 2013

grandes zancadas para ir a cagar

El dicho se refiere a la actitud que toma el ser humano cuando -espontáneamente- responde a sus funciones excrementicias buscando un inodoro. Un concepto popular atribuye el acelerar mediante zancazos, a orates y a milicos que se inician, donde la prisa responde más a la urgencia de limpiar las salpicaduras de subalternos y superiores, que de satisfacer la propia necesidad. Se trata de un comportamiento social y no de un atributo fisiológico. En las zancadas hay algo de machismo, como queriendo evitar el correr con veloces pasitos cortos, agarrándose de los huevos tipo timón. Tanto el paso de ganso como el  breve repetín, suelen ir acompañados por un  gemido o alarido que parece decir que no va a llegar a tiempo. Ahí, la fe y el rezo.
Bufarrones de peso local e internacional, cuando están ante una audiencia y la mierda se les viene encima, inmutables y severos, continuan con su perorata y se cagan encima, ante el público que observa el fenómeno como un ornamento al discurso en cuestión. Climax de La arenga.

Dibujo,

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