LA MANO QUE APRIETA

viernes, 12 de julio de 2013

espontaneidad y prejuicio.

¿Es suficiente con releer lo no escrito?
El hombre que entiende, que sabe como debe ser el sentido de la escritura, la fritura y la perinola, es un señor que mientras explica, se convierte en señora. El filósofo es varonil pero su voz tijereteada con una angina espontánea, se agudiza diciendo barbaridades que la labia permite, citando y asumiendo. Debería callarse porque su aflautamiento vocal distorsiona su mensaje, provocando la carcajada ante su enérgico mensaje social.
Teatralmente, es una forma de conseguir mediante la transmisión de un drama, que el público ría.

Posiblemente Raphael: Flagelación de Cristo.


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