LA MANO QUE APRIETA

martes, 30 de julio de 2013

el sabor de la culiamba

El sabor de la culiamba es un recuerdo, un enerbamiento del espíritu. Algo que los fisiólogos matriculados promocionan en sus publicidades y contertulias. Es una proposición contra la inacción, la abulia, la monotonía. El sabor es más largo y escurridizo que la culiamba en sí. Desde las artes musicales, Franz Liszt incorpora el culiambismo como prestigio y agilidad expresiva. Políticamente, su ejercicio suele indignar a los receptores del culiambo. La metáfora y la metamorfosis sobrevuelan en círculo a las grandes concentraciones sociales que remolonean mientras las algas danzan...

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