LA MANO QUE APRIETA

lunes, 15 de abril de 2013

nocturno

Tenía que despertarme a las siete de la mañana. Soñé que mi reloj biológico me despertaba. Llegaba la hora determinada y me despabilaba. Me despabilaba de una forma nublada que seguía adormecida sin  desprenderse de las sábanas, sin salir de la nada. Entonces el reloj repetía su alarma. Así, varias veces, hasta que sentí que era tarde. Pateé el cobertor, me puse en pie. Chequeé mi reloj pulsera. Eran las cuatro y cincuenta de la mañana.

Foto Paolo.

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