LA MANO QUE APRIETA

viernes, 26 de abril de 2013

arrollado anal

Es tradición que el patotero termine con la cabeza enterrada en el culo. Una versión japonesa del tango "patotero sentimental", lo pinta así.
Sucede que los integrantes de las patotas, engordan, y empelotados quedan a merced de expertos quiroprácticos que basándose en el filete de merluza arrollado y sujeto con un escarbadiente, doblan al gordo (hay patoteros flaquísimos) sobre si mismo hasta lograr la coincidencia de la caja craneana con el ojete. Ahí se hace el empujón de gracia (las vértebras se separan y quedan en ablande). Se lo asegura con alambre de fardo y al horno...
Foráneos que no saben lunfardo, concretaron el arrollado anal con un pato.

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