LA MANO QUE APRIETA

miércoles, 13 de febrero de 2013

de pronto el zepelin pasa rasante sobre la terraza

El tiempo no cura ni enseña. Lolita que en la foto era una gurrumina, ahora es una señorita. Fernandito que aún no se había asumido como doctor, cafishaba a una doctora que laburaba de pediatra. Entre la madre y la pediatra, le quedó la madre. Siendo lo más impresionante, los desgastes de la terraza, de las baldosas, de la gruesa baranda pronosticada a caerse.
Entonces...
Los globos aéreos hacia los Andes, los eructos burbujas.

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