LA MANO QUE APRIETA

martes, 29 de enero de 2013

lumínica de los recuerdos enlatados

Había un recuerdo que ameritaba relato, masculinidad de abrir una lata hermética para encontrar algo previsto, feminismo de hundir el abrelatas en piel ignota anunciada. La cuestión que el recuerdo aunque a cuerda, voló. Desapareció dentro de un mundo paralelo al usual, lleno de olvidos que sin aviso, reaparecen con bombos y platillos, novedosos y más fugaces que nunca.
Cuando estas rémoras quedan a la vista, primero que nada hay que olerlas pues sus reapariciones suelen estar repodridas y es difícil superar el aburrimiento. Esa dificultad es entretenida, como una luz que al explotar, llama la atención.

Foto: Angelo.

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