LA MANO QUE APRIETA

lunes, 10 de diciembre de 2012

los rugidos del asesino escondido

El hombre León, el otro día, se consideraba un fracaso humano. Había llegado a los 70 años sin que le erigieran un solo monumento ni le planificaran un mausoleo decente para su futuro inmediato. La falta de reconocimiento público, por un lado lo ofendía cruelmente y por otro, le daba fuerzas para seguir rezongando afirmándose en su particular visión del mundo, en su puñetera placencia: placer de nacer, filosofar, sufrir, morir. Placer de romper las pelotas, con humildad y tesón.

Escultura con sombrero mexicano.

comentarios:

el humaleon ruge como niña.
al monumiento se lo llevo el viento
era liviano, de mache,y ya estaba
apolillado.
queres que te compre un helicoptero?
estrella