grasa a la brasa
Las cogidas del lechón de turno, llevan hacia -y se amparan- en el castigo celestial, el soñado por cobardes y aventureros que vendieron sus madres a fábricas de chacinados. Son los aprovechadores de la oferta artística que rahja las tablas: "Comamos cerdo que es lo más parecido al humano".
En época de fiestas. Dejando pasar el fin del mundo para luego cancelar, comprar tornillos, al lechoncito se lo compra vivo y con aguja gruesa se lo inyecta por sus músculos con chimichurris y salsas al ajo, estragón, ají... Al animalito se lo lleva de una soga por la ciudad para que se vaya adobando al andar. Una vez en casa: la cogida y la recogida. El agarre sin remanentes que lleva al deseo de un "muy feliz año nuevo". El jugoso festín del animal inocente.
Dalmores como Herodes.
En época de fiestas. Dejando pasar el fin del mundo para luego cancelar, comprar tornillos, al lechoncito se lo compra vivo y con aguja gruesa se lo inyecta por sus músculos con chimichurris y salsas al ajo, estragón, ají... Al animalito se lo lleva de una soga por la ciudad para que se vaya adobando al andar. Una vez en casa: la cogida y la recogida. El agarre sin remanentes que lleva al deseo de un "muy feliz año nuevo". El jugoso festín del animal inocente.
Dalmores como Herodes.
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