LA MANO QUE APRIETA

lunes, 29 de octubre de 2012

practicola

Me dijeron que tengo que ir a la iglesia a confesar mi pecado a un cura pues dije palabras que no debí decir.
Yo practicola confesión con el blog, las madres, los comisarios, los alpinistas, los curas... Y muchas veces me absolvieron con la condición de que no vuelva con más confesiones. Que por favor no suba más a la montaña porque las montañas no son tantas.
Si dije algo maligno al dope, bendigo la maldición y el milagro es. Como decía y hacía el maestro Calle que se sabía bueno.

"Guarida" del joven Mussolini.

2 comentarios:

Ser malo es inmediato y fácil. Ser bueno es realmente difícil. A García Lorca lo mataron por ser buena persona.

Hay que saberse bueno a la fuerza, la maldad nomás es un accesorio. Como la pimienta o la corbata. Ya lo sabía el uruguayo ese, el de los cantos de Maldoror, ¿Qué seríamos sin unas cuantas, pequeñísimas, maldades?