LA MANO QUE APRIETA

domingo, 21 de octubre de 2012

hacia una iconografía del que debe morir

Una de las normativas del machismo humano es: "No es hombre aquel que no ha matado a otro hombre". Excediendo el salpicón genérico, matar sería una afirmación del ser. Se entiende, matar inteligentemente, fuera del rencor y la verguenza, aunque mucho bla-bla-blá. Hay cantidades de cerdo humano para sacrificar, mucho filántropo, aunque se meta la pata hasta la ortopedia.
Hay que tener cuidado, pues matar es una cuestión técnica y la facilidad debe ser ajena. La creación sucede una vez cometido el paro cardíaco.

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