LA MANO QUE APRIETA

jueves, 6 de septiembre de 2012

usar máscara de goma al andar

La gente, se trate de ladrones o de robados, le da un tiempo a cada cosa, a la vez que provoca esa cosa (acción, fenómeno) Ríe y llora, tratando más de reir que de llorar. O llorar de alegría y no saber si se ríe o se llora. En los frisos del teatro Colón están las máscaras de la risa y el llanto y a su vera, los ladrones y los robados asisten a espectáculos, desean, matan, usan transportes públicos y creyéndose anónimos, no ríen ni lloran. Aunque de golpe si, porque les dicen cosas por teléfonía celular o repentinamente, recuerdan. La esencia del teatro clásico explota en la situación callejera. La cara del que anda no es de goma, pero gesticula tan extremadamente, que lo parece. Y esta gesticulación, no sujeta a represiones, es la dialéctica de la vida marginal.

Mascarita escaneada.

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