LA MANO QUE APRIETA

domingo, 12 de agosto de 2012

la isla de la fantasía.

A veces, la inocencia, que sirve para ennoblecer a un ser humano, no es buena consejera a la hora de la muerte, pues esa inocencia subsistió en un medio artificial. Ni siquiera las universidades que enseñaron el buen morir, supieron qué enseñaron.
Cuando se pierde el interés (siempre cartomántico) en jugar al "solitario" con las barajas, la liberación espiritual es fluídica y sibilante. Carece de duración y se actualiza al instante. El "ya no más" es para siempre y las almitas pedorrean alegremente por los cielos de los días vueltos lindos.
Así, las situaciones humanísticas (siempre mortales) sean móbiles o fijas, ondulan a la hora de la verdad.

Bebiendo con ayuda de la literatura. Foto: De Gregorio.-

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