a ver den angus

Esto de vender libros por internet es un mambo. Una macumba con algo de rock, valses y recuerdos profundos. Volquete lleno de manuscritos de escritores (algunos no identificados y otros buscados por los departamentos policiales). Sucede que al subirlos hay que leerlos. Algunos ya se sabe de que tratan. Otros no y en ellos está la esperanza de los papeles viejos administrados por el gremio admirado por Antonio Carrizo (aquellos pederastas y no pederastas, caníbales y fanáticos, que se dedicaron a clasificar aquellos manuscritos e impresos, con la intención de lucrar con ellos). El ritmo es bailable y llevadero al piano porque los papeleros creen en sí mismos y se realizan al piano. Entonces, alguien que consume leche malteada con vainillas o un wiski, comenta al pianista que toca para la mierda: "Sinceramente me gusta mucho como usted interpreta el piano". Y el pianista le contesta: "La puta madre que te parió".
En esta mixture de música y literatura, está la clave comercial del asunto libresco.

Ilustración de "CARLOS V. ó venganzas reales" de Velázquez y Sánchez. Madrid. 1854.-