LA MANO QUE APRIETA

sábado, 2 de junio de 2012

ribadeo

una cosa es comerse el hígado palpitante del enemigo vencido luego de ardua lucha y otra cosa es manducarse el higado de un pelotudo desprevenido que espera el colectivo y lo agarra un cirujano que lo destripa sin que el bolas de humo se de cuenta mientras engullen con alegría su voluminosa víscera.

Liu Yang.

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