LA MANO QUE APRIETA

miércoles, 13 de junio de 2012

el cariño hacia los demás tiene sus bemoles

El pripipí enseña a comportarse frente a los demás. A no solo largar el borbotón de obsesiones extraordinarias, si no usar aprovechar esa catarata para -por ejemplo- regar plantas (entre otros quehaceres prácticos) pues lo constante es que la pelotudez se vista de gala con nombramientos y pensiones gratinadas.
La enseñanza piripipina viene del uso desmesurado de la escofina. Cuando alguien le pregunta a uno: "¿Usted usa una escofina?" Sobresalto:"¿Usted dice la escofina de acero?" "Si". "No ¡De ninguna manera!". Uno tiende a negar la escofina y se recluye en el piripipí con correcciones, algún autoatentado, y la aceptación o el rechazo del entorno. El final es común.

Escaneo anónimo que recibí en mi correo.-



2 comentarios:

Ese si que es un tema complejo.Conviene revisar a Emmanuel Levinas y leer sus textos.El piripi es de excelencia entre politicos y otros chantas que pululan por alli.

Todo se puede intercambiar entre los seres, salvo el existir segun Levinas.