LA MANO QUE APRIETA

viernes, 13 de enero de 2012

de las cuatro estaciones

En esta ciudad en primavera, los hombres miran a las mujeres y las mujeres miran a los hombres. En invierno u otoño también hay miradas  apasionadas y secretas, pero no son tan evidentes como en primavera.
La primavera muestra al otro exquisitamente. Hay piernas, tetas, caras, polleras. Los pies andan sobre delicadas películas horizontales sujetas a los dedos o a los tobillos.
El verano es una caldera.
Hay miradas torvas, alucinadas, escrudiñadoras. Hay miradas que recordarán hasta la muerte lo que vieron una sola vez en la vida.
El canibalismo es una de las posibilidades del acercamiento, del desencadenamiento de la seducción.
Así hay personas que miran arrobadas, a las niñas y a los niños.
Los festines sexuales y los asados son tradiciones populares relacionadas con el humo y las nubes.

Puerta de la pensión que existía a la vuelta de casa, hace años.

comentarios:

Estrella Luminosa dijo...
14 de enero de 2012, 12:22
 

Si, hay miradas, actos y pensamientos en repeticion gastada de un momento feliz que ni recuerdo bien.
Estrella.