LA MANO QUE APRIETA

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Aportes para mi curriculum

De la escuela primaria recuerdo a la profesora de primer grado inferior: carita de cerdo con rulos que me enseñó a leer usando la versión de Upa de aquellos años. Después primer grado superior: la profesora era flaca y arrugada. Esa fue la primer mujer de la que me enamoré. El resto de los años es un bache en la memoria. Yo usaba guardapolvo blanco, todos los días comía una factura con un vaso de leche. Aprendí a cantar la marcha peronista, el himno nacional más o menos y la canción a la bandera no me quedó ni a cañonazos. El director de la escuela era un señor delgado, calvo como una bocha y bufarrón.
Cuando hice la secundaria, repetí primer año y al hacerlo de vuelta, llevé todas las materias a examen. Fuí a la escuela industrial porque cuando dí examen para el "comercial", reprobé. Recuerdo los talleres de los dos primeros años, algunos profesores y compañeros. De lo que estudié: nada.
Con el título de "técnico mecánico" trabajé tres años en "Di Tella automotores" (una experiencia infernal). Cuando la fábrica presentó la quiebra, me juré a mi mismo jamás volver a trabajar. Y cumplí, nunca más tuve empleador.

Album de recuerdos. 2001.

2 comentarios:

Usted fue uno de los privilegiados. "los únicos privilegiados son los niños" (axioma peronista). Si usted andaba con pantalón corto y le pasaba algo en algún lugar, al dueño del lugar lo hacían mierda.
Testigo atento.

Sería oportuno que el padre canalizara los brotes instintivos de su hijo, apoyándolos, no imponiéndole normativas usuales.